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OYON: Surge ahora en mi memoria una anéctota muy graciosa...

Surge ahora en mi memoria una anéctota muy graciosa ocurrida en mi pueblo de Oyón allí por los años 1964. No recuerdo muy bien si había sido domingo y después del consabido baile en plaza Mayor, un jovencito ya fatigado despues del ajetreado día llevado a cavo, con pasos pausados y cansinos, dirigiose a su casa por la plaza San Vicente a la plaza Concepción con destino final en calle Primicias, pero al llegar a la altura de la tienda y carnicería del señor Alejandro Olcoz, quedose quieto, petrificado y nercioso por doquier, al igual que un perro de caza de raza de muestra con la pieza a batir, algún olor irresistible le llegaba a su olfato tan admirable, dudó, pero al fin miró con ojos de ensueño hacia aquella ventana iluminada por el resplandor de la luna y las estrellas y allí estaba la suculenta cena con el vapor humeante todavía en una cazuela, por su admirable mente e imagen lo diseñó todo ello en décimas de segundo como 'Carpanta' en los tebeos de antaño, y dándose media vuelta en un giro extremadamente rápido de nuevo fue a la plaza Mayor; buscó a dos de sus amigos incondicionales con encono y hallándolos sigilosamente les relató 'el secreto', entre los tres amigos buscaron la fórmula de coger tan apetitoso y suculento manjar sin previo pago a su dueño el señor Olcoz, esta conversación fue aceptada por unanimidad, por lo visto un jovencito llamado Teo estaba metido de lleno en el ajo de este evento, pero llegado hasta aquí no puedo seguir escribiendo ninguna línea más porque pienso en el señor Alejandro Olcoz si los coge en esos momentos, jajaja... mejor será que cuente algo Teo de lo que verdaderamente ocurrió en aquella ventana con la cazuela que tan maravillosamente olía y sabor tan agradable tenía. Manolo G. Pastor.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Manolo que me van a llevar a villa candado, si es cierto eso que estas diciendo y trajo mucha cola el caso, pero no concretamente la acción sino lo que paso al final, paso todo como dices tu cuando yo subía para casa me quede frenado en la esquina de la Elisa, y ese olor tan embriagador que diría la canción, que yo no sabia que olor era me hizo volverme a decirlo a la cuadrilla, y yo se lo dije a su sobrino que era Baricho Q, E, P, D, y a otro que aun vive, que también es de su estatura, los anime ... (ver texto completo)