Hablaremos de una costumbre perdida en el recuerdo allí en la década de 1960. El toque de campanas servía para exaltación de grandes solemnidades como festividades eclesiásticas, conjuros, procesiones, rogativas y aquellos conjuntos de requisitos legales para la validez de los instrumentos que la ley denomina públicos y solemnes, toque de 'Ángelus', toque de 'Ánimas', toque de los quintos, bodas y una larga lista, pero de ello no hablaremos por no alargar el escrito y cansar a los amigos del foro oyonés.
El toque de campanas para el Viático, muertes y fuego lo entendían todos los vecinos de la villa: VIÁTICO A LOS ENFERMOS. Todo el pueblo acudía con un respeto profundo, serio y lleno de fervor para pedir por aquel enfermo; el cura salía de la iglesia con la 'Sagrada Hostia' custodiado bajo palio y acompañado por cofrades del Santísimo (que era uno de los artículos más importantes de sus estatutos), el monacillo vestido de acólito tocando la campanilla iba por delante de la comitiva señalando el camino del enfermo, el sacristán con la cruz y el mayordomo de la cofradía con el pendón de la misma le seguían hasta la misma cabecera del enfermo, cofrades y vecinos se quedaban en la calle; las campanas no dejaban de tocar desde su salida de la iglesia hasta su regreso, según palabras de Salustiano Viana "esto se hacía para que los fieles que por cualquier circunstancia no habían podido acudir, se dieran cuenta de que el Santísimo no había regresado a la parroquia y podían rogar por la salud del enfermo" (Ohitura número 2, Vitoria, 1984, p. 33); el paso de la comitiva era solemne, los hombres si fumaban tiraban al suelo los cigarrillos, y con un profundo respeto se arrodillaban y quitaban las boinas de la cabeza y se santiguaban, otros simplemente inclinaban la cabeza y se santiguaban; se decía toque de 'GLORIA' cuando la esquila de encima de la sacristía tocaba a la muerte de un niño; según el estipendio dado a la parroquia los intierros podían ser de primera, segunda y tercera, en los de primera se ataban a cada badajo de las campanas unas cuerdas y éstas eran atadas a un palo al lado de la pared tapada de ventanas (al norte), y una persona dando golpecitos a las cuerdas con sus manos hacía que sonasen con algún segundo de intervalo las dos campanas grandes y los dos esquilones en diferentes tonos; en los de segunda, la campana grande que da a la carretera y los dos esquilones y en el de tercera, solamente los esquilones; el toque de 'FUEGO' solamente la campana grande llamada 'Garbancera', en toques continuos. Manolo.
El toque de campanas para el Viático, muertes y fuego lo entendían todos los vecinos de la villa: VIÁTICO A LOS ENFERMOS. Todo el pueblo acudía con un respeto profundo, serio y lleno de fervor para pedir por aquel enfermo; el cura salía de la iglesia con la 'Sagrada Hostia' custodiado bajo palio y acompañado por cofrades del Santísimo (que era uno de los artículos más importantes de sus estatutos), el monacillo vestido de acólito tocando la campanilla iba por delante de la comitiva señalando el camino del enfermo, el sacristán con la cruz y el mayordomo de la cofradía con el pendón de la misma le seguían hasta la misma cabecera del enfermo, cofrades y vecinos se quedaban en la calle; las campanas no dejaban de tocar desde su salida de la iglesia hasta su regreso, según palabras de Salustiano Viana "esto se hacía para que los fieles que por cualquier circunstancia no habían podido acudir, se dieran cuenta de que el Santísimo no había regresado a la parroquia y podían rogar por la salud del enfermo" (Ohitura número 2, Vitoria, 1984, p. 33); el paso de la comitiva era solemne, los hombres si fumaban tiraban al suelo los cigarrillos, y con un profundo respeto se arrodillaban y quitaban las boinas de la cabeza y se santiguaban, otros simplemente inclinaban la cabeza y se santiguaban; se decía toque de 'GLORIA' cuando la esquila de encima de la sacristía tocaba a la muerte de un niño; según el estipendio dado a la parroquia los intierros podían ser de primera, segunda y tercera, en los de primera se ataban a cada badajo de las campanas unas cuerdas y éstas eran atadas a un palo al lado de la pared tapada de ventanas (al norte), y una persona dando golpecitos a las cuerdas con sus manos hacía que sonasen con algún segundo de intervalo las dos campanas grandes y los dos esquilones en diferentes tonos; en los de segunda, la campana grande que da a la carretera y los dos esquilones y en el de tercera, solamente los esquilones; el toque de 'FUEGO' solamente la campana grande llamada 'Garbancera', en toques continuos. Manolo.