La prensa riojana "Nueva Rioja" de Logroño publicaba el martes día 11 de julio de 1922, la inauguración del TELÉFONO MUNICIPAL y del FLUIDO ELÉCTRICO, ocurrido el domingo 9 de julio del dicho año. Lo intitula en esta forma: Una gran fiesta.
OYÓN. "Con motivo de haber celebrado el domingo en esta villa la inauguración oficial del teléfono municipal que nos pone en comunicación con el resto de España y la bendición de éste y de la central de la luz eléctrica, se hizo una fiesta de la que se guardará imperecerero recuerdo.
Ya desde las primeras horas de la mañana se notaba en el pueblo una animación extraordinaria a la que contribuía, además de todo el vecindario que se echó a la calle como en los días de gala, muchos forasteros llegados de los pueblos y ciudades, los redactores de "La Libertad" de Vitoria, entre los que se encontraba el simpatiquísimo Eguiluz (un aldeano) al que, como de costumbre, hizo derroche de su buen humor.
A las once y media de la mañana entre atronadores disparos de cohetes y bombas y a los acordes de la banda de música, entró en el pueblo el Excmo. señor gobernador civil de Álava señor Argüelles, al que acompañaban los señores don Gullermo Elio, don Luis Dorao, el alcalde de Laguardia señor Martínez, don Vicente Pastor y otro de cuyo nombre no recordamos.
También entraron a dicha hora en motos y coches el jefe encargado de la Electra de Recajo don Felipe González, el jefe de la línea de telégrafos, e infinidad de amigos logroñeses invitados particularmente a los actos a celebrarse.
La comitiva entre los disparos de cohetes y a los acordes de la música, se dirigió a la casa Ayuntamiento, donde el alcalde señor Andrés Palacios dio a todos la bienvenida invitándolos a pastas, refrescos etc.
Después de un pequeño descanso se dirigió la comitiva a la central de la luz eléctrica, donde el sacerdote don Severino Marauri, procedió a la bendición de la misma haciéndose seguidamente y en el mismo lugar la bendición del teléfono donde se cursaron en el acto numerosos despachos. Acto seguido se hizo un silencio orando breves momentos.
A continuación y en el gran café-salón de don Pablo Palacios cuyos balcones estaban engalanados, tubo lugar un banquete de 90 cubiertos (que serían más) y cuyo menú fue el siguiente: menestra, merluza, salsa mayonesa, pollos trufados y cordero asado; postres variados, más café, coñac y habanos: los vinos de las bodegas del pueblo, de Fernández, Palacios y Martínez.
Al hacerse los brindis, el alcalde señor Palacios ofreció el banquete a los invitados en nombre del Ayuntamiento y de los iniciadores, en los que sólo había oyoneses, puesto que pertenecían a todos los partidos políticos, desde el más retrasado al más avanzado, que hablan dejando aparte las ideas políticas, para tratar el bienestar del pueblo.
A insistencia de los comensales hizo uso de la palabra don Francisco Quintanilla, pronunciando un brillantísimo discurso, congratulándose de las mejoras introducidas en el pueblo por sus antecesores y deseando que estas sean el principio de todas aquellas que para su mejor estar, necesita la villa a que tanto ama. Al final del discurso tuvo un párrafo que hizo levantar a todos los asistentes para aplaudirle frenéticamente.
Después habló don Guillermo Elio, quien en brillantes párrafos manifestó que a Oyón lo consideraba como a su propio pueblo y que por él estaba siempre dispuesto a colaborar para su mayor engrandecimiento. Fue muy aplaudido.
Después en nombre de los telegrafístas, habló el oficial de la telefónica señor Bello, señalando la importancia del servicio que se había inaugurado y agradeciendo las atenciones de que él y sus compañeros habían sido objeto desde su llegada. También fue muy aplaudido.
Seguidamente hablaron los niños Manuel San Juan y Pilar Martínez, en nombre de los maestros de los niños de las escuelas, los dos con gran aplomo y con una serenidad impropia de sus pocos años, dieron la bienvenida a todos, y especialmente a los señores gobernador Argüelles, Elio y Dorao, agradeciéndoles el interés y beneficios hechos a las escuelas e instándoles a que prosigan sus trabajos en beneficio de los niños del pueblo de Oyón, hasta colocar la enseñanza a la altura que le corresponde. Tan hermosa oraciones fueron premiadas con grandes aplausos, besos, abrazos y golosinas. Por último, levantó su copa el señor gobernador, para brindar por la prosperidad del pueblo de Oyón, del que solo tenía referencias de su laboriosidad y buenas costumbres, condiciones que engrandecen a los pueblos y los dignifican, agradeciendo a su vez las finas atenciones que para él y sus acompañantes habían tenido los oyoneses, ofreciéndose a todos incondicionalmente. Una prolongada ovación coronó el final de dicho discurso.
A las cinco de la tarde fueron despedidos nuestros huéspedes en la misma forma que sehizo a su llegada. La banda de música se situó después en la plaza y hasta la noche estuvo tocando bailables, donde la gente joven entre los que había muchas y bellas logroñesas y simpáticos logroñeses rindieron incansables culto". Manolo González Pastor.
OYÓN. "Con motivo de haber celebrado el domingo en esta villa la inauguración oficial del teléfono municipal que nos pone en comunicación con el resto de España y la bendición de éste y de la central de la luz eléctrica, se hizo una fiesta de la que se guardará imperecerero recuerdo.
Ya desde las primeras horas de la mañana se notaba en el pueblo una animación extraordinaria a la que contribuía, además de todo el vecindario que se echó a la calle como en los días de gala, muchos forasteros llegados de los pueblos y ciudades, los redactores de "La Libertad" de Vitoria, entre los que se encontraba el simpatiquísimo Eguiluz (un aldeano) al que, como de costumbre, hizo derroche de su buen humor.
A las once y media de la mañana entre atronadores disparos de cohetes y bombas y a los acordes de la banda de música, entró en el pueblo el Excmo. señor gobernador civil de Álava señor Argüelles, al que acompañaban los señores don Gullermo Elio, don Luis Dorao, el alcalde de Laguardia señor Martínez, don Vicente Pastor y otro de cuyo nombre no recordamos.
También entraron a dicha hora en motos y coches el jefe encargado de la Electra de Recajo don Felipe González, el jefe de la línea de telégrafos, e infinidad de amigos logroñeses invitados particularmente a los actos a celebrarse.
La comitiva entre los disparos de cohetes y a los acordes de la música, se dirigió a la casa Ayuntamiento, donde el alcalde señor Andrés Palacios dio a todos la bienvenida invitándolos a pastas, refrescos etc.
Después de un pequeño descanso se dirigió la comitiva a la central de la luz eléctrica, donde el sacerdote don Severino Marauri, procedió a la bendición de la misma haciéndose seguidamente y en el mismo lugar la bendición del teléfono donde se cursaron en el acto numerosos despachos. Acto seguido se hizo un silencio orando breves momentos.
A continuación y en el gran café-salón de don Pablo Palacios cuyos balcones estaban engalanados, tubo lugar un banquete de 90 cubiertos (que serían más) y cuyo menú fue el siguiente: menestra, merluza, salsa mayonesa, pollos trufados y cordero asado; postres variados, más café, coñac y habanos: los vinos de las bodegas del pueblo, de Fernández, Palacios y Martínez.
Al hacerse los brindis, el alcalde señor Palacios ofreció el banquete a los invitados en nombre del Ayuntamiento y de los iniciadores, en los que sólo había oyoneses, puesto que pertenecían a todos los partidos políticos, desde el más retrasado al más avanzado, que hablan dejando aparte las ideas políticas, para tratar el bienestar del pueblo.
A insistencia de los comensales hizo uso de la palabra don Francisco Quintanilla, pronunciando un brillantísimo discurso, congratulándose de las mejoras introducidas en el pueblo por sus antecesores y deseando que estas sean el principio de todas aquellas que para su mejor estar, necesita la villa a que tanto ama. Al final del discurso tuvo un párrafo que hizo levantar a todos los asistentes para aplaudirle frenéticamente.
Después habló don Guillermo Elio, quien en brillantes párrafos manifestó que a Oyón lo consideraba como a su propio pueblo y que por él estaba siempre dispuesto a colaborar para su mayor engrandecimiento. Fue muy aplaudido.
Después en nombre de los telegrafístas, habló el oficial de la telefónica señor Bello, señalando la importancia del servicio que se había inaugurado y agradeciendo las atenciones de que él y sus compañeros habían sido objeto desde su llegada. También fue muy aplaudido.
Seguidamente hablaron los niños Manuel San Juan y Pilar Martínez, en nombre de los maestros de los niños de las escuelas, los dos con gran aplomo y con una serenidad impropia de sus pocos años, dieron la bienvenida a todos, y especialmente a los señores gobernador Argüelles, Elio y Dorao, agradeciéndoles el interés y beneficios hechos a las escuelas e instándoles a que prosigan sus trabajos en beneficio de los niños del pueblo de Oyón, hasta colocar la enseñanza a la altura que le corresponde. Tan hermosa oraciones fueron premiadas con grandes aplausos, besos, abrazos y golosinas. Por último, levantó su copa el señor gobernador, para brindar por la prosperidad del pueblo de Oyón, del que solo tenía referencias de su laboriosidad y buenas costumbres, condiciones que engrandecen a los pueblos y los dignifican, agradeciendo a su vez las finas atenciones que para él y sus acompañantes habían tenido los oyoneses, ofreciéndose a todos incondicionalmente. Una prolongada ovación coronó el final de dicho discurso.
A las cinco de la tarde fueron despedidos nuestros huéspedes en la misma forma que sehizo a su llegada. La banda de música se situó después en la plaza y hasta la noche estuvo tocando bailables, donde la gente joven entre los que había muchas y bellas logroñesas y simpáticos logroñeses rindieron incansables culto". Manolo González Pastor.