Hay Manolo que tiempos aquellos cuando íbamos juntos a la escuela, y hacíamos nuestro chandrios correspondientes a unos niños un poquito traviesos, recuerdo todo eso que dices con nostalgia por que han pasado muchos años de aquello, pero a parte de la nostalgia que te produce el pensar como se suele decir que aquellos tiempos no volverán otra vez, los recuerdo con mucha alegría por que a pesar de como tu muy bien has dicho que eramos muy humildes, eramos tan felices que no nos preocupabamos de nuestra carencia de cosas básicas como era un buen desayuno, que hasta que no íbamos a la escuela no lo hacíamos ningún día, ya tenemos buenos recuerdos de esta cuesta que es la calle que citas en tu crónica la calle Avenida de Navarra, por que en ella vivían mis abuelos y siempre estaba metido en su casa, así que en cuanto salias a la calle te encontrabas con alguno de los compañeros de clase, y siempre íbamos juntos para la escuela o bien por la mañana o por la tarde, y después de todo lo que has dicho también me acuerdo del trujal de donde Olano en esa esquina de la izquierda donde vivía, cuantas mañanas nos metíamos allí al calor hasta la hora de la escuela, de todo esto ya ha llovido así en todo este tiempo ha cambiado tanto el pueblo, que como diría aquel cualquiera lo conoce, un abrazo Manolo y gracias por acordarte de mi en esta crónica,