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OYON: HISTORIAS DE OYÓN...

HISTORIAS DE OYÓN

EL TORERO OYONÉS, DANIEL BERNEDO (ALIAS "CHAPARRITO".

Sabemos por la Revista riojana 'Sociedad Benéfica Provincia de Logroño' de octubre de 1952, pp. 63-65, que en Logroño existía una Escuela Taurina, cuyo director lo era, Moisés García Barreras; en ella todos los domingos de once a una, treinta alumnos los cuales pagaban 4 pesetas al mes asistían a la plaza de toros de Logroño para iniciarse en este difícil mundo del toreo a pie. El señor Moisés es preguntado si van todos los domingos y contesta: "Todos sin dejar uno. Este invierno pasado, con nieve, con lluvia, con frío, no me ha faltado nadie. Y eso qué tengo alumnos de Oyón, de Varea, de Viana y de Laserna. Pues a las once todos en la Plaza "como un clavo", pase lo que pase. ¡Qué afición de chicos!".

Allí probablemente se forjaría como torero Daniel Bernedo. El caso es que en la Plaza de toros de Logroño el día 23 de junio de 1957 a las cinco dela tarde, en un festival taurino Organizado por los Señores de las Conferencias de San Vicente Paúl, y a beneficio de sus Obras de Caridad, se lidiaron 6 novillos-toros de D. Jesús Sánchez Montejo, de Encinasola de Arriba, Salamanca, por los valientes y afamados matadores de toros:

-Enrique Vera (el gran torero y actor de cine, protagonista de Tarde de Toros)

-Pepe Ordoñez (el fino torero rondeño)

-Manolo Zúñiga (el ídolo de La Rioja)

-Pepe Luis Vázquez (el señorío del toreo azteca)

-Emilio Barriocanal (gran promesa del toreo)

Con la presentación en La Rioja del futuro fenómeno Alavés DANIEL BERNEDO de Oyón que lidiará una res, con sus correspondientes cuadrillas de banderilleros.

La prensa riojana así catalogó, la actuación de nuestro paisano: "En último lugar hizo su debut el oyonés Daniel Bernedo. Dudamos haya en el toreo suerte o adorno que ignore este simpático "aspirante". Con la capa, con la muleta, los intentó todos, y todos los realizó "a su estilo", un estilo que el gentío acogía con agrado y simpatía traducidos en aplausos continuos. Daniel, después de torear de la forma indicada, se puso seriecito en la faena. Se hincó de rodillas y uno tras otro largó muletazos que olían a torero... Después... Todo... Hasta "pedresinas". Y no a lo que salga, sabiendo lo que hacía, aunque el hacerlos no le saliera con sujección a las reglas del arte. Pero en ningún muletazo perdió la cara al torete -era vaquilla-, ni los apuros pasaron de achuchones. Entretuvo muy agradablemente, se le aplaudió con simpatía y, cuando su 'enemigo' dobló, también cortó orejas, dio vuelta al ruedo y puso al festival un punto final que mantuvo el agrado con que el público salía de la plaza.

Manuel González Pastor, "Curiosidades", en programa de fiestas de Acción de Gracias", Oyón, agosto de 1995, p. 35.

Manolo González Pastor.