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Breve introducción a los bailes vascos

Jóvenes con ropa tradicional

Pocos pueblos hay que tengan la riqueza y variedad de bailes como el pueblo vasco. Cada región, cada localidad, tiene los suyos propios, sus tipicismos, y de ellos no se conoce su origen ni su antiguedad.

La danza es para los vascos patrimonio de todos. Se baila en la plaza pública en los domingos y días de fiesta. Tanto hombres como mujeres intervienen en las diversiones tradicionales y populares y antiguamente estos actos eran presididos por el párroco y el alcalde.

El vasco es sobrio y parco en el trato cotidiano, pero en los actos públicos se manifiesta especialmente ceremonioso y fiel a sus tradiciones.

Son inumerables los bailes vascos, pero entre los más conocidos y populares se encuentran:

Aurresku: en Gipuzkoa y Bizcaia es el baile solemne y elegante por excelencia. Lo bailaba el pueblo en las grandes fiestas, pero lo bailaban también los diputados. En estos casos, era costumbre sacar por pareja del aurreskulari a la señora o hija del alcalde, la que no hacía más que presenciar la fiesta, ya que en este baile la mujer no baila sino que es bailada. Una fila de ocho, diez o más personas que lo forman entran en la plaza, unidas por las manos, saliendo generalmente del Ayuntamiento. Se compone exclusivamente de hombres, de los cuales el primero (el aurresku) y el último (el atzesku) tienen en la mano sus boinas o sus sombreros. Estos dos son los personajes importantes de la danza. Se da solemnemente una vuelta por la plaza y al llegar frente al Ayuntamiento el aurreskulari baila sus primeros movimientos coreográficos. Cuatro o dos de los de la cuerda salen entonces y traen a la que ha de ser la pareja del aurreskulari. Una vez en la plaza, se adelanta éste y baila ante ella uno de los tiempos de la danza. Igual ceremonia se repite con el atzesku, para quien se trae otra pareja, bailando ante ella en forma semejante al anterior. Sucesivamente son traídas más parejas para los demás que forman la cuerda o fila quedando separadas de los hombres por unos pañuelos. Entonces se baila el llamado desafío, en elque el aurresku y el atzesku bailan otro de los tiempos, con su adecuada música, original y movida y en el que ambos ejecutan y lucen sus agilidades.

Mascarada suletina: así llamada por su aspecto algo carnavalesco o porque tradicionalmente coincide su ejecución con esta fiesta, y suletina porque es la danza preferida de la Soule o Zuberoa y una de las que más llama la atención. Son muchos los personajes que toman parte en las mascaradas, pero los principales son cinco: el zamaltzain que lleva un armazón de madera y tela representando un caballo de minúscula cabeza. Lleva un extraño sombrero compuesto de flores, plumas, cintas y pequeños espejos, y representa el hombre-animal. El segundo personaje es el edaridun o cantinera que pretende ser un personaje femenino, que simboliza el culto que al vino se dedicaba en esas antiguas fiestas. El gatusain es otro de los danzantes que lleva un enrejado de madera que se abre en zigzag, representando al rayo que trae la lluvia para las cosechas. Suele venir con ellos en primer lsugar el txerrero que tiene por tarea la de barrer el suelo y el ambiente con una escoba de crines de caballo, para alejar los malos espíritus. Finalmente viene el ikurrindun o abanderado que representa al país bajo su insignia. El momento más típico de este bailes es el Godalet Dantza u Ontzi Dantza que consiste en colocar en el suelo un vaso a medio llenar de vino, y ante él y sobre él realizan difíciles pasos de baile sin llegar a tocarlo, y finalmente, deben colocarse sucesivamente de un salto sobre el vaso mismo, cuidando de no volcarlo y derramar su contenido. Esto representa un juego de mucha destreza y habilidad, sobre todo para el zamaltzain, el hombre-caballo, cuya indumentaria no le permite ver bien el vaso. Este baile se acompaña por la txirula, txistu de dimensión más pequeña.

Ezpat adantza: de gran vistosidad, de ritmo original y difícil por el cambio constante de compás. Su tiempo final, cuando uno de los bailarines es elevado en alto, simboliza el homenaje al soldado muerto en defensa de su patria. Es en la música y no en detalles accesorios como palos o armas que usan los bailarines lo que caracteriza a esta danza vasca, ya que el baile con espadas se conoce también en Inglaterra, Valencia, Castilla, etcétera.

El salto vasco no es un baile en sentido estricto sino un género que se pone en práctica en muchas obras. Estos pasos configurados hacen que el danzante avance hacia adelante, o lo obligan a dar media vuelta sobre sí mismo, dejándole en una posición de 180° respecto de la orientación de la que había partido. Estos pasos se van encadenando, combinando y renovando desde el comienzo hasta el final del baile. Con el cuerpo erguido y los brazos pegados al cuerpo, el danzante concentra la atención en el trabajo de las piernas. Los saltos tienen una función recreativa y ceremonial. Abren los bailes y los cierran y señalan los momentos fuertes de los días de fiesta.

El irrintzi es el grito o llamada de alegría o de aviso de guerra. En las fiestas vascas suele haber concursos de irrintzilaris y en ellos se destacan los pastores, quienes los utilizan para hablar de montaña a montaña.