La Vuelta 2012 vuelve a Euskadi con dos salidas en Álava y un final en Arrate
Tras el éxito este año de las etapas de Bilbao y Vitoria, la ronda retorna a las carreteras vascas en la tercera y cuarta jornadas de la próxima edición
La ronda comenzará en Pamplona el 18 de agosto y llegará a Arrate dos días más tarde
«Ya dijimos que volvíamos a Euskadi para quedarnos». Javier Guillén, director de la Vuelta a España, ha cumplido su promesa. Ayer confirmó que la carrera volverá a pisar el País Vasco durante la próxima edición. La tercera etapa saldrá desde Oion y terminará en Arrate, y al día siguiente la salida se dará desde una localidad alavesa, aún por determinar, para dirigirse a otra comunidad autónoma. Si en 2011, el tránsito por Euskadi se produjo casi al final de la prueba, en esta ocasión estará a inicio, tras las dos jornadas en Navarra que abrirán la ronda. La Vuelta 2012 comenzará el 18 de agosto en Pamplona, con una contrarreloj por equipos en el recorrido del encierro de San Fermín. La segunda etapa será en línea, Pamplona-Viana, y, enseguida, en la tercera jornada, la carrera medirá el nivel de los favoritos en Arrate.
«Este año hemos vuelto a Urkiola y al Vivero. Y en 2012 estaremos en otra cima mítica para el ciclismo vasco, Arrate», anuncia Guillén. El recorrido de esa etapa aún no está cerrado. La organización de la ronda estudia si subir Arrate en una o dos ocasiones; la última sería la meta. La cita es el 20 de agosto, en medio de las vacaciones de verano. Para Guillén, la cima eibarresa es sinónimo de «espectáculo». Tiene reciente la memoria del multitudinario paso de la Vuelta 2011 por Urkiola y el Vivero. «Sé que eso es dificilmente repetible, pero estoy seguro de que volverá a ser un éxito de público», subraya el director de la ronda.
Eibar es uno de los núcleos del ciclismo vasco. De hecho, nació en la localidad guipuzcoana, donde las viejas fábricas de armas dieron paso a la producción de bicicletas: BH, Orbea... La Vuelta al País Vasco y, sobre todo, la Subida a Arrate han colocado a Eibar en el centro de la historia vasca de este deporte. Además, cada año, el Memorial Valenciaga (categoría amateur) anuncia, precisamente en las rampas que suben hacia el Santuario de Arrate, el nombre de las futuras figuras.
Desde Tamames, en 1974
Arrate es santuario del ciclismo. Y esa meta llevaba lejos de la Vuelta a España desde 1974. Aquella edición vivió otro duelo entre Fuente y Ocaña. Genios. En la decimoséptima etapa (152 kilómetros entre Miranda de Ebro y Arrate), Ocaña no dejó de atacar. En el descenso de Elgeta, Fuente patinó. Casi se parte la crisma. Su maillot de líder se tiñó de sangre. Y quedaba subir a Arrate. Ocaña insistió. Fuente resistió. Y ganó la etapa el salmantino Agustín Tamames, por delante de Lasa y Ocaña. Fuente sólo cedió un puñado de segundos y le dieron diez puntos de sutura. Aquella edición la ganó el 'Tarangu', el asturiano Fuente. Desde entonces, la Vuelta a España no había vuelto a disputar una victoria en el santuario.
Ese vacío empezó a llenarse durante el pasado mes de septiembre. La Vuelta 2011 supuso el final de un alejamiento que duraba desde 1978: 33 años ausente de Euskadi. Lejos de una afición que se desplaza en masa cada año a los Pirineos para copar las cunetas del Tour. Y el público respondió. La Vuelta parecía el Tour al paso por el Vivero o Urkiola. El tremendo eco mediático de las dos etapas vascas de la pasada Vuelta (finales en Bilbao y Vitoria) ha tenido una consecuencia inmediata: la Vuelta ya no se quiere ir.
Había un problema: la financiación. El Gobierno vasco impulsó el regreso de la carrera. Pero, una vez concluida la Vuelta 2011, Patxi Mutiloa, director de Deportes del Ejecutivo autónomo, anunció que no pondría un euro más. Dejó en manos de los municipios interesados y de patrocinadores privados la posibilidad de darle continuidad a la presencia de la Vuelta en Euskadi. La crisis económica ajusta los presupuestos en los ayuntamientos. No ha sido fácil para Unipublic, entidad organizadora de la carrera, diseñar el recorrido. Salir desde Pamplona obligaba a tocar Euskadi enseguida. A Guillén le atraía terminar una etapa en Arrate. Y al final ha llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento de Eibar.
«Es complicado conseguir financiar hoy las etapas», admite Guillén. La salida de esa jornada con final en Arrate se dará en Oion, que ya fue punto de partida de la decimoséptima etapa de la pasada edición (desde las Bodegas Faustino). Tamames espera a su sucesor.
Tras el éxito este año de las etapas de Bilbao y Vitoria, la ronda retorna a las carreteras vascas en la tercera y cuarta jornadas de la próxima edición
La ronda comenzará en Pamplona el 18 de agosto y llegará a Arrate dos días más tarde
«Ya dijimos que volvíamos a Euskadi para quedarnos». Javier Guillén, director de la Vuelta a España, ha cumplido su promesa. Ayer confirmó que la carrera volverá a pisar el País Vasco durante la próxima edición. La tercera etapa saldrá desde Oion y terminará en Arrate, y al día siguiente la salida se dará desde una localidad alavesa, aún por determinar, para dirigirse a otra comunidad autónoma. Si en 2011, el tránsito por Euskadi se produjo casi al final de la prueba, en esta ocasión estará a inicio, tras las dos jornadas en Navarra que abrirán la ronda. La Vuelta 2012 comenzará el 18 de agosto en Pamplona, con una contrarreloj por equipos en el recorrido del encierro de San Fermín. La segunda etapa será en línea, Pamplona-Viana, y, enseguida, en la tercera jornada, la carrera medirá el nivel de los favoritos en Arrate.
«Este año hemos vuelto a Urkiola y al Vivero. Y en 2012 estaremos en otra cima mítica para el ciclismo vasco, Arrate», anuncia Guillén. El recorrido de esa etapa aún no está cerrado. La organización de la ronda estudia si subir Arrate en una o dos ocasiones; la última sería la meta. La cita es el 20 de agosto, en medio de las vacaciones de verano. Para Guillén, la cima eibarresa es sinónimo de «espectáculo». Tiene reciente la memoria del multitudinario paso de la Vuelta 2011 por Urkiola y el Vivero. «Sé que eso es dificilmente repetible, pero estoy seguro de que volverá a ser un éxito de público», subraya el director de la ronda.
Eibar es uno de los núcleos del ciclismo vasco. De hecho, nació en la localidad guipuzcoana, donde las viejas fábricas de armas dieron paso a la producción de bicicletas: BH, Orbea... La Vuelta al País Vasco y, sobre todo, la Subida a Arrate han colocado a Eibar en el centro de la historia vasca de este deporte. Además, cada año, el Memorial Valenciaga (categoría amateur) anuncia, precisamente en las rampas que suben hacia el Santuario de Arrate, el nombre de las futuras figuras.
Desde Tamames, en 1974
Arrate es santuario del ciclismo. Y esa meta llevaba lejos de la Vuelta a España desde 1974. Aquella edición vivió otro duelo entre Fuente y Ocaña. Genios. En la decimoséptima etapa (152 kilómetros entre Miranda de Ebro y Arrate), Ocaña no dejó de atacar. En el descenso de Elgeta, Fuente patinó. Casi se parte la crisma. Su maillot de líder se tiñó de sangre. Y quedaba subir a Arrate. Ocaña insistió. Fuente resistió. Y ganó la etapa el salmantino Agustín Tamames, por delante de Lasa y Ocaña. Fuente sólo cedió un puñado de segundos y le dieron diez puntos de sutura. Aquella edición la ganó el 'Tarangu', el asturiano Fuente. Desde entonces, la Vuelta a España no había vuelto a disputar una victoria en el santuario.
Ese vacío empezó a llenarse durante el pasado mes de septiembre. La Vuelta 2011 supuso el final de un alejamiento que duraba desde 1978: 33 años ausente de Euskadi. Lejos de una afición que se desplaza en masa cada año a los Pirineos para copar las cunetas del Tour. Y el público respondió. La Vuelta parecía el Tour al paso por el Vivero o Urkiola. El tremendo eco mediático de las dos etapas vascas de la pasada Vuelta (finales en Bilbao y Vitoria) ha tenido una consecuencia inmediata: la Vuelta ya no se quiere ir.
Había un problema: la financiación. El Gobierno vasco impulsó el regreso de la carrera. Pero, una vez concluida la Vuelta 2011, Patxi Mutiloa, director de Deportes del Ejecutivo autónomo, anunció que no pondría un euro más. Dejó en manos de los municipios interesados y de patrocinadores privados la posibilidad de darle continuidad a la presencia de la Vuelta en Euskadi. La crisis económica ajusta los presupuestos en los ayuntamientos. No ha sido fácil para Unipublic, entidad organizadora de la carrera, diseñar el recorrido. Salir desde Pamplona obligaba a tocar Euskadi enseguida. A Guillén le atraía terminar una etapa en Arrate. Y al final ha llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento de Eibar.
«Es complicado conseguir financiar hoy las etapas», admite Guillén. La salida de esa jornada con final en Arrate se dará en Oion, que ya fue punto de partida de la decimoséptima etapa de la pasada edición (desde las Bodegas Faustino). Tamames espera a su sucesor.