Noemi muy buenas, si es cierto después de asar la calabaza se quedaba los hilos transparentes, y luego el azúcar que se le echaba lo dejaban delicioso menuda merienda una rebanada de
pan con cabello de Ángel, para chuparse los dedos, eso es lo que hace falta que llueva. Noemi cuantas veces les hiciste cantar eso a los niños de tu
escuela?
un abrazo