Madre Dolorosa
En tu regazo de Madre,
Madre nuestra, Dolorosa,
con el lirio de tu Hijo
se funden cincuenta rosas.
Al morado de su Cuerpo
le darán color las rojas
rosas que hoy te ofrecemos,
Madre nuestra, Dolorosa.
Y sonrosarán tus manos,
manos de blanca paloma
por siete veces herida,
siete veces Dolorosa.
Y perfumarán tu aliento
aquellas cincuenta rosas
para endulzar aquel rictus
de tu boca, Dolorosa.
Y te enjugaran las lágrimas
los pétalos de esas rosas,
para realzar ese brillo
de tus ojos, Dolorosa.
Y, enredándose en la Cruz,
aquellas cincuenta rosas
se inmolaran en el puesto
de tu Hijo, Dolorosa.
En este año, tu Trono
se cuajará de mil rosas
que traeremos mil mujeres
con la mantilla española.
Porque nuestros corazones
se transformaran en rosas
para ti, Madre querida,
Madre nuestra, Dolorosa.
En tu regazo de Madre,
Madre nuestra, Dolorosa,
con el lirio de tu Hijo
se funden cincuenta rosas.
Al morado de su Cuerpo
le darán color las rojas
rosas que hoy te ofrecemos,
Madre nuestra, Dolorosa.
Y sonrosarán tus manos,
manos de blanca paloma
por siete veces herida,
siete veces Dolorosa.
Y perfumarán tu aliento
aquellas cincuenta rosas
para endulzar aquel rictus
de tu boca, Dolorosa.
Y te enjugaran las lágrimas
los pétalos de esas rosas,
para realzar ese brillo
de tus ojos, Dolorosa.
Y, enredándose en la Cruz,
aquellas cincuenta rosas
se inmolaran en el puesto
de tu Hijo, Dolorosa.
En este año, tu Trono
se cuajará de mil rosas
que traeremos mil mujeres
con la mantilla española.
Porque nuestros corazones
se transformaran en rosas
para ti, Madre querida,
Madre nuestra, Dolorosa.