BASILICA DE SAN PRUDENCIO EN ARMENTIA
La localidad de Armentía se halla a escasos tres kilómetros al
suroeste de Vitoria, aunque en realidad el crecimiento urbanístico de
ésta la ha integrado en su periferia.
La zona, con aspecto de barrio residencial abunda en campas y
espacios abiertos. En una de ellas se sitúa la basílica de San
Prudencio, patrón de Álava desde mediado el siglo XVII (Ver foto aérea
tomada del Sig-Pac).
Por este lugar transcurrió la vía romana que unía Astorga con
Burdeos, existiendo un pequeño poblado romano, que ha dado restos en
las excavaciones efectuadas en el templo y sus alrededores. Aquí nació
San Prudencio, en el siglo VII, santo de gran influencia en época
visigoda que fue obispo de Tarazona. Probablemente su santidad influyó
en el hecho de que este lugar fuera la primera sede episcopal ya en el
siglo IX de lo que hoy es territorio vascongado. Esta sede se mantuvo
hasta 1087, en que fue trasladada a Calahorra manteniéndose esta como
colegiata, hasta que sus canónigos se trasladaron en 1498 a Santa
María de Vitoria.
El templo románico, del que hoy podemos admirar buena parte de su
fábrica y decoración, se erigió a mediados del siglo XII con
influencias de los monasterios de San Millán de la Cogolla, Leyre y
San Juan de la Peña.
Vitoria fue fundada en 1181 por Sancho de Navarra y posteriormente
conquistada por el monarca castellano Alfonso VIII
VISTA SUR DEL TEMPLO CON SU ÁBSIDE
Recientes prospecciones arqueológicas han puesto de manifiesto,
además de los antecedentes romanos ya citados, la existencia de una
necrópolis medieval en la periferia del templo y sobre todo un hecho
excepcional, como es la demostración de la existencia en torno al
templo de una "sacraria" o "sagrera", construcción consistente en un
foso perimetral, en este caso de 3,45 de anchura por 1,5 m de
profundidad y que confería al templo su carácter de sagrado e
inviolable. Documentados en Francia así como en Cataluña, es
excepcional su presencia en el resto del territorio nacional. Se
amortizó su uso a mediados del XII, coincidiendo con la edificación de
la basílica.
El templo en principio se dedicó a San Andrés, siendo posterior su
advocación a San Prudencio. Las importantes obras de reforma llevadas
a cabo en el siglo XVIII desvirtuaron de modo notable la estructura
del templo románico. A pesar de ello se puede rastrear bien su forma
original, así como admirar su escultura, aunque se halle recolocada.
1VISTA SURESTE DEL TEMPLO2DETALLE DE LA CABECERA3CILINDRO ABSIDAL
En origen el templo fue de nave única, planta de cruz a base de
nave transepto, amplio presbiterio y ábside semicircular orientado.
Todo ello edificado en buena piedra sillar bien escuadrada y ajustada.
Sus dimensiones, a juzgar por la actual planta fueron de 33 x 24
metros (anchura de la nave crucero).
Ábside, brazos del crucero y cimborrio son fácilmente
identificables desde el exterior. Tras el brazo sur del transepto se
añadió en el XVIII una galería de cinco arcadas a la que abre la
actual portada, separada por tabique de las otras cuatro tras las que
se recolocaron las mejores esculturas dela basílica. Los canecillos
del templo, maravillosamente trabajados, se recolocaron en
interminable hilera a lo largo de todo el alero sur de la actual
edificación.
Son tan bellos, que se han replicado tanto, que cuando uno visita
el cercano monasterio de Estíbaliz, los halla profusamente replicados
bajo los aleros de todo el conjunto moderno.
Lugar bello y relajante gracias a su entorno de campas, que en la
festividad de su patrón (28 de abril) se llena de jolgorio, y gentes
que acuden a comer caracoles y perrochicos al modo tradicional (con
chubasquero, pues al santo le dicen "meón" por lo lluvioso de la época
en que se celebra)
MURO SUR DEL ACTUAL EDIFICIO, CON LA GALERÍA AÑADIDA
El cilindro absidal se divide en tres lienzos por medio de dos
columnas adosadas que se alzan desde basas áticas sobre plintos
adosados al zócalo alcanzando la cornisa a la que contribuyen a
sustentar por medio de capiteles de sencilla hechura vegetal.
Hacia la mitad de su altura corre una imposta ajedrezada desde el
nivel de la cual se alza un vano centrando cada uno de sus lienzos.
Son vanos aspillerados, muy alargados, y adornados por arquivolta
apeada en capiteles historiados, columnillas y basas áticas. El medio
punto del vano a ras del lienzo, también se decoró con arquivolta que
forma parte del lienzo exterior y se decora con sencillos motivos
incisos en el lado sur. Canecillos simples sustentan la cornisa.
4DETALLE DEL CILINDRO ABSIDAL
Los capiteles que decoran los vanos absidales son de tosca
hechura, tanto los que bajo estas líneas veremos -exteriores- como los
que más adelante veremos al interior. Son obra de un primer maestro o
taller que trabajó en el inicio de este templo
5CAPITELES EXTERIORES DEL ÁBSIDE6CAPITELES EXTERIORES DEL
ÁBSIDE7CAPITELES EXTERIORES DEL ÁBSIDE
Comenzando por el lado sur, el primero de los capiteles (imagen 5)
muestra en la esquina a una persona flanqueada por demonio y león a la
que otro demonio muerde la cabeza. Al otro lado (imagen 6) lo que
parece una cabeza de ave en la esquina, mientras que el resto de la
cesta se halla erizado de pequeños pitones jaqueses.
En la ventana central, (Imagen 7) un niño y dos adultos, el de la
esquina con largas barbas, que sujeta a lo que parece un león por
medio de correa. Figuras extremadamente toscas en su hechura.
8CAPITELES EXTERIORES DEL ÁBSIDE9CAPITELES EXTERIORES DEL
ÁBSIDE10CAPITELES EXTERIORES DEL ÁBSIDE11CAPITELES EXTERIORES DEL
ÁBSIDE
Frente al capitel anterior (imágenes 8 y 9) hallamos otro, que
dentro de su rudeza de talla está mejor resuelto: hay un caballero en
el lado interno de la cesta extendiendo el brazo izquierdo para tomar
un pez que hay al otro lado de la cesta, sobre un grifo. Por encima
del brazo del caballero, hay lo que parece un cordero. Simbología de
contraposición del bien y el mal, con el caballero defensor y los
símbolos del cristianismo (pez y cordero) frete al mal representado en
el grifo.
En el ventanal norte hallamos (imagen 10) una extraña composición
en la que a pesar de su rudeza parece apreciarse a una figura desnuda
mostrando el trasero y a su lado otra casi oculta por lo que parece
una desproporcionada vulva (?) que se repite por dos veces en la cara
interna del capitel, ya sin motivo humano y decoradas con dentados.
Quizá la lujuria.
Frente al anterior (Imagen 11) otra extraña composición. En este
caso un hombre que mesa sus barbas en el ángulo, con una rama en su
mano derecha, flanqueado por dos mujeres. La de nuestra derecha alza
su mano izquierda y posa la derecha sobre su vientre. La de nuestra
izquierda con un evidente embarazo. La temática me evoca la existente
en el arco triunfal de la iglesia oscense de Chibluco en donde una
escena semejante se interpreta como de adulterio.
12
Los canecillos del templo, recolocados a lo largo de la fachada
sur son de una ejecución impecable. Algunos de ellos de belleza
clásica. Obra del segundo escultor que trabajó en el templo. Nada que
ver con la rudeza de lo visto en el ábside. Algunos de ellos los
muestro en el "carrusel" superior.
La localidad de Armentía se halla a escasos tres kilómetros al
suroeste de Vitoria, aunque en realidad el crecimiento urbanístico de
ésta la ha integrado en su periferia.
La zona, con aspecto de barrio residencial abunda en campas y
espacios abiertos. En una de ellas se sitúa la basílica de San
Prudencio, patrón de Álava desde mediado el siglo XVII (Ver foto aérea
tomada del Sig-Pac).
Por este lugar transcurrió la vía romana que unía Astorga con
Burdeos, existiendo un pequeño poblado romano, que ha dado restos en
las excavaciones efectuadas en el templo y sus alrededores. Aquí nació
San Prudencio, en el siglo VII, santo de gran influencia en época
visigoda que fue obispo de Tarazona. Probablemente su santidad influyó
en el hecho de que este lugar fuera la primera sede episcopal ya en el
siglo IX de lo que hoy es territorio vascongado. Esta sede se mantuvo
hasta 1087, en que fue trasladada a Calahorra manteniéndose esta como
colegiata, hasta que sus canónigos se trasladaron en 1498 a Santa
María de Vitoria.
El templo románico, del que hoy podemos admirar buena parte de su
fábrica y decoración, se erigió a mediados del siglo XII con
influencias de los monasterios de San Millán de la Cogolla, Leyre y
San Juan de la Peña.
Vitoria fue fundada en 1181 por Sancho de Navarra y posteriormente
conquistada por el monarca castellano Alfonso VIII
VISTA SUR DEL TEMPLO CON SU ÁBSIDE
Recientes prospecciones arqueológicas han puesto de manifiesto,
además de los antecedentes romanos ya citados, la existencia de una
necrópolis medieval en la periferia del templo y sobre todo un hecho
excepcional, como es la demostración de la existencia en torno al
templo de una "sacraria" o "sagrera", construcción consistente en un
foso perimetral, en este caso de 3,45 de anchura por 1,5 m de
profundidad y que confería al templo su carácter de sagrado e
inviolable. Documentados en Francia así como en Cataluña, es
excepcional su presencia en el resto del territorio nacional. Se
amortizó su uso a mediados del XII, coincidiendo con la edificación de
la basílica.
El templo en principio se dedicó a San Andrés, siendo posterior su
advocación a San Prudencio. Las importantes obras de reforma llevadas
a cabo en el siglo XVIII desvirtuaron de modo notable la estructura
del templo románico. A pesar de ello se puede rastrear bien su forma
original, así como admirar su escultura, aunque se halle recolocada.
1VISTA SURESTE DEL TEMPLO2DETALLE DE LA CABECERA3CILINDRO ABSIDAL
En origen el templo fue de nave única, planta de cruz a base de
nave transepto, amplio presbiterio y ábside semicircular orientado.
Todo ello edificado en buena piedra sillar bien escuadrada y ajustada.
Sus dimensiones, a juzgar por la actual planta fueron de 33 x 24
metros (anchura de la nave crucero).
Ábside, brazos del crucero y cimborrio son fácilmente
identificables desde el exterior. Tras el brazo sur del transepto se
añadió en el XVIII una galería de cinco arcadas a la que abre la
actual portada, separada por tabique de las otras cuatro tras las que
se recolocaron las mejores esculturas dela basílica. Los canecillos
del templo, maravillosamente trabajados, se recolocaron en
interminable hilera a lo largo de todo el alero sur de la actual
edificación.
Son tan bellos, que se han replicado tanto, que cuando uno visita
el cercano monasterio de Estíbaliz, los halla profusamente replicados
bajo los aleros de todo el conjunto moderno.
Lugar bello y relajante gracias a su entorno de campas, que en la
festividad de su patrón (28 de abril) se llena de jolgorio, y gentes
que acuden a comer caracoles y perrochicos al modo tradicional (con
chubasquero, pues al santo le dicen "meón" por lo lluvioso de la época
en que se celebra)
MURO SUR DEL ACTUAL EDIFICIO, CON LA GALERÍA AÑADIDA
El cilindro absidal se divide en tres lienzos por medio de dos
columnas adosadas que se alzan desde basas áticas sobre plintos
adosados al zócalo alcanzando la cornisa a la que contribuyen a
sustentar por medio de capiteles de sencilla hechura vegetal.
Hacia la mitad de su altura corre una imposta ajedrezada desde el
nivel de la cual se alza un vano centrando cada uno de sus lienzos.
Son vanos aspillerados, muy alargados, y adornados por arquivolta
apeada en capiteles historiados, columnillas y basas áticas. El medio
punto del vano a ras del lienzo, también se decoró con arquivolta que
forma parte del lienzo exterior y se decora con sencillos motivos
incisos en el lado sur. Canecillos simples sustentan la cornisa.
4DETALLE DEL CILINDRO ABSIDAL
Los capiteles que decoran los vanos absidales son de tosca
hechura, tanto los que bajo estas líneas veremos -exteriores- como los
que más adelante veremos al interior. Son obra de un primer maestro o
taller que trabajó en el inicio de este templo
5CAPITELES EXTERIORES DEL ÁBSIDE6CAPITELES EXTERIORES DEL
ÁBSIDE7CAPITELES EXTERIORES DEL ÁBSIDE
Comenzando por el lado sur, el primero de los capiteles (imagen 5)
muestra en la esquina a una persona flanqueada por demonio y león a la
que otro demonio muerde la cabeza. Al otro lado (imagen 6) lo que
parece una cabeza de ave en la esquina, mientras que el resto de la
cesta se halla erizado de pequeños pitones jaqueses.
En la ventana central, (Imagen 7) un niño y dos adultos, el de la
esquina con largas barbas, que sujeta a lo que parece un león por
medio de correa. Figuras extremadamente toscas en su hechura.
8CAPITELES EXTERIORES DEL ÁBSIDE9CAPITELES EXTERIORES DEL
ÁBSIDE10CAPITELES EXTERIORES DEL ÁBSIDE11CAPITELES EXTERIORES DEL
ÁBSIDE
Frente al capitel anterior (imágenes 8 y 9) hallamos otro, que
dentro de su rudeza de talla está mejor resuelto: hay un caballero en
el lado interno de la cesta extendiendo el brazo izquierdo para tomar
un pez que hay al otro lado de la cesta, sobre un grifo. Por encima
del brazo del caballero, hay lo que parece un cordero. Simbología de
contraposición del bien y el mal, con el caballero defensor y los
símbolos del cristianismo (pez y cordero) frete al mal representado en
el grifo.
En el ventanal norte hallamos (imagen 10) una extraña composición
en la que a pesar de su rudeza parece apreciarse a una figura desnuda
mostrando el trasero y a su lado otra casi oculta por lo que parece
una desproporcionada vulva (?) que se repite por dos veces en la cara
interna del capitel, ya sin motivo humano y decoradas con dentados.
Quizá la lujuria.
Frente al anterior (Imagen 11) otra extraña composición. En este
caso un hombre que mesa sus barbas en el ángulo, con una rama en su
mano derecha, flanqueado por dos mujeres. La de nuestra derecha alza
su mano izquierda y posa la derecha sobre su vientre. La de nuestra
izquierda con un evidente embarazo. La temática me evoca la existente
en el arco triunfal de la iglesia oscense de Chibluco en donde una
escena semejante se interpreta como de adulterio.
12
Los canecillos del templo, recolocados a lo largo de la fachada
sur son de una ejecución impecable. Algunos de ellos de belleza
clásica. Obra del segundo escultor que trabajó en el templo. Nada que
ver con la rudeza de lo visto en el ábside. Algunos de ellos los
muestro en el "carrusel" superior.