Em medio del jardín
En medio del jardín, entre traviesa
y risueña, cual una avecilla pérdida,
envuelta por la aureola del sol matutino,
te observo, tú mi pequeña,
jugando con tus manos de niña,
cual par de delicadas tórtolas blancas
o gorrioncillos traviezuelos,
que revolotean entre flores,
buscando, con pudor y encanto,
el dulce néctar de su aroma y la fragilidad
de sus pétalos, sí, tú así eres, mi
pájarita traviesa y risueña, te quiero.
Porque la castidad de tus años
y la frescura y tersura de tu edad,
me son semejantes a la primavera,
siempre primorosa, ataviada
de multiplicidad de colores,
irradiando luz y mágicas geometrías
de encanto, sutileza de tu hermosura
atrapada bajo las paredes de esa crisálida
en que están envueltas tus alas de multicolores,
tú, mi frágil mariposa, ternura
de este corazón atontado de tu cariño.
En medio del jardín, entre traviesa
y risueña, cual una avecilla pérdida,
envuelta por la aureola del sol matutino,
te observo, tú mi pequeña,
jugando con tus manos de niña,
cual par de delicadas tórtolas blancas
o gorrioncillos traviezuelos,
que revolotean entre flores,
buscando, con pudor y encanto,
el dulce néctar de su aroma y la fragilidad
de sus pétalos, sí, tú así eres, mi
pájarita traviesa y risueña, te quiero.
Porque la castidad de tus años
y la frescura y tersura de tu edad,
me son semejantes a la primavera,
siempre primorosa, ataviada
de multiplicidad de colores,
irradiando luz y mágicas geometrías
de encanto, sutileza de tu hermosura
atrapada bajo las paredes de esa crisálida
en que están envueltas tus alas de multicolores,
tú, mi frágil mariposa, ternura
de este corazón atontado de tu cariño.