Esta es la puerta de la sacristía de la Iglesia de mi pueblo, y lo que hay que admirar de ella son los cuarterones tallados, que son una maravilla también como todas las tallas menores que hay en la iglesia, me refiero a tallas menores a todas las tallas que tienen los bancos y puertas, por que las tallas de las imagenes son maravillas que no se pueden catalogar, cuantas veces habré entrado por esa puerta cuando era monaguillo, y cuantas veces he tenido que salir corriendo por que el Señor Cura venia por detrás con el cinto, por que nos había cogido con la botella de vino de celebrar, eso muchos cintazos nos costo en aquella época, hasta que decidimos dejar de ser monaguillos por que no ganábamos para pescozones y tortazos, pero mientras estábamos allí no nos podíamos resistir a la tentación por que no sabéis lo bueno que estaba,