A VECES, DE MADRUGADA.
Yo soy el hombre que juega con los sueños, el que llama por sus apodos a sus quimeras
Y transcurriendo ese juego, sobre el silencio va resbalando lentamente la noche
Y mientras todos duermen, veo fantasmas cruzando las veredas
Las ve mi sombra, las sombras creen en fantasmas, pues son a quienes mejor acompañan
Y algunas veces aparece ella, La Dama de los ojos verdes, la que escapa de mis sueños
Verla es revivir yendo por el sendero contrario a la luz
Y aunque no lo piense, el aire que huele a ella, se llena de caricias
Pero enseguida se va...
Se va pidiendo que la envuelva tibiamente la madrugada, para poder cerrar sus alas y regresar plácidamente a mis sueños
Y cuando ella se pierde, aparece nuevamente mi sombra antigua, curtida en soledades
Viene a hacerme compañía para no dejar a un hombre solo y abandonado a sus quimeras...
Lee todo en: Poema A VECES, DE MADRUGADA., de Charles Urdavel, en Poemas del Alma http://www. poemas-del-alma. com/blog/mostrar-poema-228228# ixzz2NypXcxMl
Yo soy el hombre que juega con los sueños, el que llama por sus apodos a sus quimeras
Y transcurriendo ese juego, sobre el silencio va resbalando lentamente la noche
Y mientras todos duermen, veo fantasmas cruzando las veredas
Las ve mi sombra, las sombras creen en fantasmas, pues son a quienes mejor acompañan
Y algunas veces aparece ella, La Dama de los ojos verdes, la que escapa de mis sueños
Verla es revivir yendo por el sendero contrario a la luz
Y aunque no lo piense, el aire que huele a ella, se llena de caricias
Pero enseguida se va...
Se va pidiendo que la envuelva tibiamente la madrugada, para poder cerrar sus alas y regresar plácidamente a mis sueños
Y cuando ella se pierde, aparece nuevamente mi sombra antigua, curtida en soledades
Viene a hacerme compañía para no dejar a un hombre solo y abandonado a sus quimeras...
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