Ante todo, respetáos a vosotros mismos.
Pitágoras de Samos
Pitágoras de Samos
TEO, TEO, que poco te veo. Es una pena, pero los foros están vacíos. Me he dado una vuelta y, solo me he encontrado a BERTA. Tú sigues firme y, me alegro. Un abrazo y te dejo estas letrillas.
DONDE TE FUISTE “MAMÁ”
¿Dónde te fuiste Mamá
Que no has querido volver?
Y solo hacemos llorar;
Porque te queremos ver.
Todavía tus caricias;
Las recuerdo en mis mejillas.
No se ha marchado el calor;
Porque tu luz siempre brilla.
Y tus besos, siempre besos;
Besos que daban amor.
Aunque los tengo guardados,
Quedó triste el corazón.
La casa, sin tu presencia;
Ya no me parece igual.
Ni siquiera las gallinas,
Que ponían en el pajal.
Recuerdo sacar la silla;
Al fresquito de la noche.
Mientras contabas historia,
Sentaditos en el porche.
Las agujas de crochet,
El hilo de la cadena,
El camino de la mesa;
Que lucías en nochebuena.
Pero te marchaste Madre;
Llevándote la alegría,
Quedándonos mil problemas,
En una casa muy fría.
Con una sola mirada,
Y una sonrisa en tus labios;
Arreglabas desatinos;
A quien se daba de sabio.
La manta que tú querías;
Que abrigase a todo el mundo.
Se ha roto ya en mil pedazos;
Llena de cientos de nudos.
Ya no me parece igual;
El cocido de garbanzos,
Con el agua de la fuente;
Ni el aguardiente en el vaso.
Ni aquella joven perdiz;
Con que me hacías sopicardo.
O el arroz de los veranos;
Con aquel conejo pardo.
Nada de eso sale igual;
Sin esas manos divinas.
Ni el caldillo de matanzas;
Aunque lo hagan las vecinas.
Para no volver, te fuiste;
Tu silla quedó parada,
Tu mirada se apagó,
La nave se vio varada.
A. E. I.
DONDE TE FUISTE “MAMÁ”
¿Dónde te fuiste Mamá
Que no has querido volver?
Y solo hacemos llorar;
Porque te queremos ver.
Todavía tus caricias;
Las recuerdo en mis mejillas.
No se ha marchado el calor;
Porque tu luz siempre brilla.
Y tus besos, siempre besos;
Besos que daban amor.
Aunque los tengo guardados,
Quedó triste el corazón.
La casa, sin tu presencia;
Ya no me parece igual.
Ni siquiera las gallinas,
Que ponían en el pajal.
Recuerdo sacar la silla;
Al fresquito de la noche.
Mientras contabas historia,
Sentaditos en el porche.
Las agujas de crochet,
El hilo de la cadena,
El camino de la mesa;
Que lucías en nochebuena.
Pero te marchaste Madre;
Llevándote la alegría,
Quedándonos mil problemas,
En una casa muy fría.
Con una sola mirada,
Y una sonrisa en tus labios;
Arreglabas desatinos;
A quien se daba de sabio.
La manta que tú querías;
Que abrigase a todo el mundo.
Se ha roto ya en mil pedazos;
Llena de cientos de nudos.
Ya no me parece igual;
El cocido de garbanzos,
Con el agua de la fuente;
Ni el aguardiente en el vaso.
Ni aquella joven perdiz;
Con que me hacías sopicardo.
O el arroz de los veranos;
Con aquel conejo pardo.
Nada de eso sale igual;
Sin esas manos divinas.
Ni el caldillo de matanzas;
Aunque lo hagan las vecinas.
Para no volver, te fuiste;
Tu silla quedó parada,
Tu mirada se apagó,
La nave se vio varada.
A. E. I.
Buenas tardes Antonio, si que están flojos los foros, y yo esta semana ando como los locos que no puedo entrar cuando quiero, así que esta semana me toca sufrir por no poderme dar unas vueltas por ahí, pero que vamos a hacer haber si la semana que viene entro como siempre, La que no falla es Berta esa señora es fenomena aquí entra casi todos los días al menos a saludarnos, pasa buena tarde y gracias por esas letrillas tuyas,
un abrazo
un abrazo