Cuantas perras hemos dejado de las pocas que teníamos donde la señora que aquí en mi pueblo vendía castañas asadas, recuerdo que cuando era pequeño los Domingos en la calle mayor la mujer de Juanito el manquillo Q, E, P, D, se ponía con un artilugio que le servia para asar las castañas, y la gente iba a comprar por que en aquella epoca hacia mas frio que ahora y venían muy bien para el frío, por que mientras nos las comiamos nos las habíamos metido en el bolso y eso era la calefaccion del pobre, cuando nos las metiamos teniamos la entrepierna calentita, pero cuando se pasaba un ratillo, como si na jajaja, mas fría que antes.