Características del magnolio
El magnolio o Magnolia grandiflora L. es un árbol de crecimiento lento. Va a su ritmo y poco va creciendo. Alcanzar tamaños como el que se encuentra en las cercanías del Museo del Prado, en Madrid, es cuestión de muchísimos años.
Esta especie es nativa de los Estados Unidos, concrétamente del sureste (Texas y Florida), por lo que está adaptada a climas con temperaturas cálidas. Tiene las hojas perennes y puede alcanzar alturas cercanas a los 30 metros. Su uso es prácticamente ornamental, aunque en algunas situaciones se ha utilizado su madera para la construcción. Nosotros creemos que si se trata de un árbol de crecimiento lento no es lógico ni rentable aprovechar su madera, salvo ebanistería.
En cuanto a las características morfológicas, el magnolio tiene las hojas grandes y de color verde oscuro y unas semillas muy curiosas, de color rojo, envueltas en un fruto cónico.
magnolio museo del prado
Magnolio en las cercanías del Museo del Prado, Madrid
Una vez hecha esta breve introducción pasamos a lo que estamos acostumbrados en Agromática, a conocer la parte relacionada con el cultivo.
Las condiciones para que crezca el magnolio
Suelo
Para el cultivo de esta planta es necesario disponer de un suelo ácido. Esto significa que si tu terreno es básico debes realizar enmiendas en el suelo para corregir el pH y adaptarlo al magnolio. Una aportación constante de materia orgánica le asegura una acidez que el árbol agradecerá y favorecerá el drenaje del agua de riego. Cualquier suelo básico o calcáreo sin nutrientes producirá clorosis en el árbol.
Temperatura
El magnolio resiste bien el frío, pero sin pasarse, ya que es de climas cálidos. Hay que cultivarlo en una zona que no quede expuesta al viento ni quede protegido de heladas.
Iluminación
Requiere sol, pero se puede plantar perfectamente en lugares con semi-sombra.
Características del Riego
Hay que mantener el suelo constantemente húmedo pero sin llegar a generar nunca encharcamiento. El riego hará percolar el abono y garantizará un suministro constante en nutrientes. Además, si combinas la técnica del acolchado o mulching evitas la evaporación del agua y generas más nutrientes aprovechables para la planta.
La multiplicación
Hay diversas formas y unas más rápido que otras. La forma más rápida en la que se suele hacer es por esquejes o acodado en verano. Mediante enraizantes y algunas técnicas se consigue una nueva planta en poco tiempo. La otra consiste en multiplicarlo a través de semilla a partir de otoño, pero debido a su naturaleza no es para nada fácil. Os comentamos esto por lo siguiente. Suele tener un porcentaje de germinación del 50%, las semillas no se pueden conservar en invierno a temperatura ambiente, si no que tienen que estar en condiciones frigoríficas entre 0-4º C, y tiene una cubierta dura de color rojizo que es preciso eliminar antes de intentar sembrarla. A parte de esto, además al ser de crecimiento tan lento te puedes pasar años sin ver florecer al magnolio y puede terminar con la paciencia de cualquiera que se aventure a hacerlo. Nosotros, como estamos locos, lo hemos probado y ya os contaremos que tal.
La poda del magnolio
No requiere poda y puede incluso llegar a ser contraproducente. Puedes realizar algunos cortes sencillos de ramas que se crucen o eliminar ramas secas, pero sin pasarse.
El magnolio o Magnolia grandiflora L. es un árbol de crecimiento lento. Va a su ritmo y poco va creciendo. Alcanzar tamaños como el que se encuentra en las cercanías del Museo del Prado, en Madrid, es cuestión de muchísimos años.
Esta especie es nativa de los Estados Unidos, concrétamente del sureste (Texas y Florida), por lo que está adaptada a climas con temperaturas cálidas. Tiene las hojas perennes y puede alcanzar alturas cercanas a los 30 metros. Su uso es prácticamente ornamental, aunque en algunas situaciones se ha utilizado su madera para la construcción. Nosotros creemos que si se trata de un árbol de crecimiento lento no es lógico ni rentable aprovechar su madera, salvo ebanistería.
En cuanto a las características morfológicas, el magnolio tiene las hojas grandes y de color verde oscuro y unas semillas muy curiosas, de color rojo, envueltas en un fruto cónico.
magnolio museo del prado
Magnolio en las cercanías del Museo del Prado, Madrid
Una vez hecha esta breve introducción pasamos a lo que estamos acostumbrados en Agromática, a conocer la parte relacionada con el cultivo.
Las condiciones para que crezca el magnolio
Suelo
Para el cultivo de esta planta es necesario disponer de un suelo ácido. Esto significa que si tu terreno es básico debes realizar enmiendas en el suelo para corregir el pH y adaptarlo al magnolio. Una aportación constante de materia orgánica le asegura una acidez que el árbol agradecerá y favorecerá el drenaje del agua de riego. Cualquier suelo básico o calcáreo sin nutrientes producirá clorosis en el árbol.
Temperatura
El magnolio resiste bien el frío, pero sin pasarse, ya que es de climas cálidos. Hay que cultivarlo en una zona que no quede expuesta al viento ni quede protegido de heladas.
Iluminación
Requiere sol, pero se puede plantar perfectamente en lugares con semi-sombra.
Características del Riego
Hay que mantener el suelo constantemente húmedo pero sin llegar a generar nunca encharcamiento. El riego hará percolar el abono y garantizará un suministro constante en nutrientes. Además, si combinas la técnica del acolchado o mulching evitas la evaporación del agua y generas más nutrientes aprovechables para la planta.
La multiplicación
Hay diversas formas y unas más rápido que otras. La forma más rápida en la que se suele hacer es por esquejes o acodado en verano. Mediante enraizantes y algunas técnicas se consigue una nueva planta en poco tiempo. La otra consiste en multiplicarlo a través de semilla a partir de otoño, pero debido a su naturaleza no es para nada fácil. Os comentamos esto por lo siguiente. Suele tener un porcentaje de germinación del 50%, las semillas no se pueden conservar en invierno a temperatura ambiente, si no que tienen que estar en condiciones frigoríficas entre 0-4º C, y tiene una cubierta dura de color rojizo que es preciso eliminar antes de intentar sembrarla. A parte de esto, además al ser de crecimiento tan lento te puedes pasar años sin ver florecer al magnolio y puede terminar con la paciencia de cualquiera que se aventure a hacerlo. Nosotros, como estamos locos, lo hemos probado y ya os contaremos que tal.
La poda del magnolio
No requiere poda y puede incluso llegar a ser contraproducente. Puedes realizar algunos cortes sencillos de ramas que se crucen o eliminar ramas secas, pero sin pasarse.