Salud
Consejos para evitar el estrés
Aprenda a medir sus fuerzas, y no se violente a sí mismo intentando hacer algo más allá de sus posibilidades.
· Evite "exprimirse" hasta el agotamiento en sus empeños.
· No se convierta al "culto de la velocidad", y trate de tomarse el tiempo necesario para todo. La naturaleza se compone de seres rápidos y lentos; cada uno debe caminar a su propio paso.
· Respete sus motivaciones y haga las cosas que ama. Trate de realizar las tareas que le resulten más interesantes y placenteras. Si una actividad le resulta desagradable, trate de no realizarla, o de encontrarle algún sentido útil o justificativo ante sí mismo.
· Cuando un trabajo está trabado, haga una pausa, descanse o realice otra tarea.
· De ser posible, trate de ver las tareas y los contratiempos como desafíos que le permitirán crecer, y no como situaciones amenazadoras.
· No acepte cargos o tareas en los que no pueda controlar y decidir por sí mismo el modo de hacer su trabajo.
· Si no se adapta a una tarea, quizá sea conveniente un cambio.
· A veces lo trágico no son tanto las situaciones como el modo de interpretarlas. Es posible que cambiando la forma de ver los conflictos, se reduzca su malestar y pueda elaborar otras soluciones.
· Dedique tiempo a revisar su escala de valores, y si encuentra o le demuestran que usted sostiene algún principio nocivo para los demás o para usted mismo ¡deséchelo!.
· El desahogo con confidentes leales mitiga los pesares, porque se ha demostrado que la persona que tiene una buena pareja, una buena familia o amigos seguros sufre menos ante las adversidades.
· No es sano tener muchos asuntos pendientes, porque impiden su tranquilidad. Intente identificar todas las situaciones de estrés, estudie sus opciones, y trate de resolverlas poco a poco, según un orden de prioridades -y sin exageraciones perfeccionistas-.
· Aprenda a verse a sí mismo y a los demás con humor, porque la risa reduce el miedo y amortigua el estrés.
· No permita que ninguna circunstancia ni persona rebaje su propia dignidad ni su amor propio, y recuerde que una autoestima alta reduce el impacto de cualquier estrés.
· Es sano ser algo egoísta, y no se puede ser totalmente altruista. Resulta imposible complacer a todo el mundo, y a veces tiene que decir que no. Al mismo tiempo, no permita que los demás lo presionen, lo manipulen, ni le impongan una velocidad.
· Trate de ganar el amor de los demás, porque el odio contra los otros luego se vuelve contra usted mismo. Por otra parte, si es bueno y útil al prójimo, será recompensado con afecto y atenciones.
· El odio y el rencor son tan malsanos y destructivos para la persona que los experimenta de modo crónico, que el perdón al otro resulta la mejor opción para resolver algunas desavenencias.
· Resulta más sano ser tolerante y preferir la negociación a la guerra.
· Acostúmbrese a admitir la crítica y a expresar honestamente lo que piensa.
· Aprenda a distraerse, y dedique una parte del día a recrearse sin remordimiento. Intente jugar sin pretensiones competitivas. Puede leer y escuchar música, bailar o ver TV o realizar algún pasatiempo.
· Trate de caminar varios kilómetros por día, o practique de 30 a 60 minutos de ejercicios tres veces por semana, pues estar en forma física reduce el impacto del estrés y la mortalidad cardiovascular.
· No se prive del sueño que su cuerpo necesita, y no contraiga "deudas de sueño"; si nota que le resulta de beneficio, puede dormir una pequeña siesta.
· Tome su tiempo para comer y hacer el amor -sin apresuramiento-.
· Evite las comidas copiosas con exceso de azúcar refinada, grasas, frituras o huevos. Trate de consumir vegetales, frutas, carne de pescado y ave, y tome vitaminas y minerales suplementarios.
· Es sensato reducir el consumo exagerado de sal, café, té, mate, tabaco y alcohol, que potencien los efectos nocivos del estrés sobre el sistema cardiovascular. Para evitar la habituación, no tome drogas sedantes ni estimulantes por más de dos semanas sin control médico.
Consejos para evitar el estrés
Aprenda a medir sus fuerzas, y no se violente a sí mismo intentando hacer algo más allá de sus posibilidades.
· Evite "exprimirse" hasta el agotamiento en sus empeños.
· No se convierta al "culto de la velocidad", y trate de tomarse el tiempo necesario para todo. La naturaleza se compone de seres rápidos y lentos; cada uno debe caminar a su propio paso.
· Respete sus motivaciones y haga las cosas que ama. Trate de realizar las tareas que le resulten más interesantes y placenteras. Si una actividad le resulta desagradable, trate de no realizarla, o de encontrarle algún sentido útil o justificativo ante sí mismo.
· Cuando un trabajo está trabado, haga una pausa, descanse o realice otra tarea.
· De ser posible, trate de ver las tareas y los contratiempos como desafíos que le permitirán crecer, y no como situaciones amenazadoras.
· No acepte cargos o tareas en los que no pueda controlar y decidir por sí mismo el modo de hacer su trabajo.
· Si no se adapta a una tarea, quizá sea conveniente un cambio.
· A veces lo trágico no son tanto las situaciones como el modo de interpretarlas. Es posible que cambiando la forma de ver los conflictos, se reduzca su malestar y pueda elaborar otras soluciones.
· Dedique tiempo a revisar su escala de valores, y si encuentra o le demuestran que usted sostiene algún principio nocivo para los demás o para usted mismo ¡deséchelo!.
· El desahogo con confidentes leales mitiga los pesares, porque se ha demostrado que la persona que tiene una buena pareja, una buena familia o amigos seguros sufre menos ante las adversidades.
· No es sano tener muchos asuntos pendientes, porque impiden su tranquilidad. Intente identificar todas las situaciones de estrés, estudie sus opciones, y trate de resolverlas poco a poco, según un orden de prioridades -y sin exageraciones perfeccionistas-.
· Aprenda a verse a sí mismo y a los demás con humor, porque la risa reduce el miedo y amortigua el estrés.
· No permita que ninguna circunstancia ni persona rebaje su propia dignidad ni su amor propio, y recuerde que una autoestima alta reduce el impacto de cualquier estrés.
· Es sano ser algo egoísta, y no se puede ser totalmente altruista. Resulta imposible complacer a todo el mundo, y a veces tiene que decir que no. Al mismo tiempo, no permita que los demás lo presionen, lo manipulen, ni le impongan una velocidad.
· Trate de ganar el amor de los demás, porque el odio contra los otros luego se vuelve contra usted mismo. Por otra parte, si es bueno y útil al prójimo, será recompensado con afecto y atenciones.
· El odio y el rencor son tan malsanos y destructivos para la persona que los experimenta de modo crónico, que el perdón al otro resulta la mejor opción para resolver algunas desavenencias.
· Resulta más sano ser tolerante y preferir la negociación a la guerra.
· Acostúmbrese a admitir la crítica y a expresar honestamente lo que piensa.
· Aprenda a distraerse, y dedique una parte del día a recrearse sin remordimiento. Intente jugar sin pretensiones competitivas. Puede leer y escuchar música, bailar o ver TV o realizar algún pasatiempo.
· Trate de caminar varios kilómetros por día, o practique de 30 a 60 minutos de ejercicios tres veces por semana, pues estar en forma física reduce el impacto del estrés y la mortalidad cardiovascular.
· No se prive del sueño que su cuerpo necesita, y no contraiga "deudas de sueño"; si nota que le resulta de beneficio, puede dormir una pequeña siesta.
· Tome su tiempo para comer y hacer el amor -sin apresuramiento-.
· Evite las comidas copiosas con exceso de azúcar refinada, grasas, frituras o huevos. Trate de consumir vegetales, frutas, carne de pescado y ave, y tome vitaminas y minerales suplementarios.
· Es sensato reducir el consumo exagerado de sal, café, té, mate, tabaco y alcohol, que potencien los efectos nocivos del estrés sobre el sistema cardiovascular. Para evitar la habituación, no tome drogas sedantes ni estimulantes por más de dos semanas sin control médico.