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TRESPUENTES:

Altitud 503 mts.
Habitantes 161.
La antigüedad del lugar es remotísima. El término de Iruña es una voz vascongada que significa “Villabuena”. Esta toponimia hace suponer que con anterioridad a la dominación romana estaba ya habitada por los caristios, entre los autrigones y várdulos ya era conocido este lugar.
Durante mucho tiempo bajo el imperio romano, se confundió con Pamplona que tenía el mismo nombre de Iruña y al que los romanos cambiaron por “POMPEYOPOLIS”. El Diccionario de la Academia de la Historia conjetura el que puede haberse confundido tradiciones y antecedentes remotos de ambos lugares.
El emplazamiento de la ciudad vascuence de Iruña era inmejorable para su defensa, en una lengua de tierra que frente a la Sierra Badaya se alza cortada a pico sobre el río Zadorra. Durante la conquista y en la guerra de los romanos contra los vascos se convirtió este lugar en uno de los puntos fortificados más importantes para la defensa de la vía romana. De este período se conservan restos de murallas y otros innumerables objetos. Poco se sabe de la historia de esta ciudad fortificada.
El Diccionario de la Academia afirma que “nuestros historiadores no hacen memoria de él, y los naturales del país que se dedicaron a escribir su historia adelantaron muy poco sobre esta materia, y aún escribieron con gran incertidumbre, generalidad y confusión”.
El Diccionario de Mazo se limita a resumir los datos recogidos por el de la Academia. Por los restos que se conservan se advierte que el recinto amurallado, tenía cuatro puertas: dos al Sur, una al Este y otra al Norte. En esta dirección construyeron los romanos un puente de 13 arcos bastante sólido, por donde pasa la calzada el río Zadorra, al otro lado del cual se alzó la aldea de Trasponte (Tras puente). Una de las puertas meridionales da a otra vía que conduce a Villodas, atravesando otro puentes romano de 10 arcos.
El primer historiador que apuntó el origen romano de la villa fue D. Diego de Salvatierra, que en su historia de Álava de 1.585 se fija en las ruinas y restos romanos allí encontrados citando varias esculturas, de las que sólo se tenía noticia a través de medio busto inferior de mármol blanco encontrado en 1.799 y que conservaba en el Siglo XIX el académico de la Historia D. Lorenzo de Prestamero.
El Diccionario de la Academia de la Historia registra en 1.802 la abundancia de monedas romanas de diversas épocas y metales, de trozos de cornisas y pilastras, restos de cerámica de Sagunto y de mosaicos, de lápidas, allí encontrados. Estos restos de edificaciones y de objetos antiguos fueron utilizados en edificaciones posteriores. En la ventana de la Casa del Priorato había una lápida funeraria de fecha muy posterior con la inscripción: “EGNACIO VITAL, hijo de Terencia de 65 años, está enterrado aquí”.
El Diccionario de la Real Academia de la Historia recoge las inscripciones de otras lápidas utilizadas en la construcción de la ermita de San Martín de Asteguieta y de Dovela, trasladadas a Mendoza en la Casa de D. Francisco Ortíz de Urbina.
A Vitoria se llevó otra lápida con la leyenda:” A los Dioses manes Secundo o Jucundo hizo este sepulcro a Gayo Fabricio Fusco, su patrono muy amado que murió a los 93 años.”
En la ermita de Santa Margarita muy cerca de la calzada, se encontró en la pared exterior del baptisterio otra lápida con la siguiente inscripción, que posteriormente se trasladó a Vitoria: “Marco Octavio, gálico, hijo de Sabino, de la Tribu Quirina, está enterrado aquí.”
Este Marco Antonio, según el Diccionario de la Academia, debió ser soldado de la Corte Gálica de guarnición en Beleia, localizada en el actual emplazamiento de Iruña, según algunos bajo el imperio de Constantino. El lugar de Beleia estaba situado sobre la vía de Astorga a Burgos, según el intinerario Antonomo.
El Diccionario de la Academia pone de manifiesto las analogías topográficas que en cuanto a distancias permiten fundamentar su emplazamiento en Iruña, describiendo el itinerario del trozo de Calzada comprendido entre Arce e Iruña.
En la Edad Media perteneció al Señorío del lugar, a la Orden de los Templarios, luego se constituyó en esta Villa la sede del priorato de la Orden Militar de la de San Juan, perteneciente a la encomienda de Burgos-Buradoz. En esta encomienda conferida por el Comendador de Burgos se designa el lugar con el nombre de Irunya, conforme consta en documentos medievales.
En el 12 de Marzo de 1.352 y el 25 de Septiembre de 1.353 asistió D. Rodrigo Alfonso de Logroño como Comendador de Vallejo e Irunya a la Asamblea de los Caballeros de la Orden de San Juan celebrada en Zaragoza, según consta en el Libro 3º de Actas particulares de la Castellanía de Amposta en Zaragoza.
En la otra orilla del río Zadorra se puede aún apreciar las ruinas del Convento de religiosos Agustinos de Santa Catalina de Badaya. que a fines del Siglo XIV fue convento de Monjes Jerónimos, tal vez el primero fundado por esta Orden.
En la Edad Moderna ha ejercido cierto señorío sobre el lugar el Duque del Infantado.
Fiestas Patronales el 23 de Mayo en honor de Santiago el Pequeño.