Ermita de Santa Lucía en Villamaderne
Durante el pasado fin de año 2010 hemos visto cómo la Ermita de Santa Lucía, del pueblo de Villamaderne ha estrenado tejado nuevo, gracias a las obras de restauración llevadas en ella por la Junta Administrativa de la localidad, y con subvención de la Diputación Foral de Alava, lo que nos ha llevado a contar un poco su historia que quizá muchos no conozcan, y con muchas anécdotas al respecto.
La actual ermita de Santa Lucía fue construida posiblemente en 1.788, por los datos que más tarde mencionaremos, en terreno que el vecino de Villamaderne Tomás de Bermeo, cedió gratuitamente ese mismo año de 1.788, para la edificación de la misma, y que en aquél tiempo estaba situada más allá del río Omecillo y del término de Barcabao, en el lugar denominado La Paul, linde del pueblo de Villamaderne con el de Espejo, junto a la importante y antigua calzada romana primitiva. Hasta esas fechas de finales del siglo XVIII, fue utilizada como camino para llevar la lana de Castilla a los puertos de Vizcaya y que entraba por el pueblo de Espejo, atravesaba el puente de La Mota, y transcurría por lo que hoy conocemos como parcelaria a Villanañe, y antes de llegar a esta localidad se dirigía hacia Orduña atravesando nuevamente el Omecillo por el puente de la Venta del Monte, como así consta en los planos que encontramos del tramo número 10 de la carretera de Bilbao a Pancorbo, que se titula o refleja el tramo entre la Venta del Monte y el Bado pasado Bergüenda, realizado por el director de dichas obras, D. Joseph Santos Calderón, el 30 de Agosto de 1.769 en Bilbao. La carretera actual que conocemos y que hoy está al otro lado del Omecillo, se terminó de construir el 28 de Enero de 1.774, por lo que la Ermita se quedó aislada e hizo que los lugareños de Villamaderne se pusiesen manos a la obra para hacer la que hoy conocemos. Nos hace pensar que la Ermita sería de mucha devoción por parte de los carreteros, pues sino no tiene sentido su traslado a la nueva carretera para que estuviese más cerca del pueblo de Villamaderne. También podemos decir que en aquellos años y según encontramos en los documentos del pueblo de Espejo las romerías que celebraba el pueblo eran a la Ermita de Nuestra Señora de Mellera en Barrio, a la Ermita de Nuestra Señora de Angosto en Villanañe, y a la Ermita de Nuestra Señora de Vallejo en Alcedo, hoy desaparecida, y que en aquellos años Alcedo formaba parte del Ayuntamiento de Valdegovía.
Aquella antigua Ermita de Santa Lucía sirvió como punto de encuentro de los vecinos de Espejo y Villamaderne, enredados en líos por el uso de la finca denominada La Paul, junto a la que estaba edificada esa antigua Ermita. Encontramos en la documentación del pueblo de Espejo, una concordia presidida por el escribano real Marcos de Silanes, celebrada en esa Ermita de Santa Lucía, en el año 1.631, sobre la roturación de una porción de terreno en “La Paul”, por los vecinos de Villamaderne, y que perjudicó a los vecinos de Espejo, ya que éstos tenían derecho de pasto en citado terreno. La concordia fue finalmente ganada por el pueblo de Espejo el 29 de Octubre de 1.634, según consta en la documentación de los archivos de ambos pueblos. Con posterioridad se sucede en la documentación las revisiones que se hacía entre Espejo y Villamaderne de los mojones que separan ambas jurisdicciones, y en los que podemos leer cómo la Ermita estaba en el linde.
Y para su construcción debieron utilizar el material de la antigua Ermita. La Ermita actual debió hacerse bastante más pequeña que la anterior ya que según nos descubrió en su día el sacerdote y profesor de Numerario de Historia y Geografía, Teófilo Aguayo Campo, natural de Villamaderne, en las cuentas del Concejo de 1.795, se señala pagar “ dos fanegas de trigo al señor Cura por los materiales de la Ermita”, que serían utilizados por los vecinos en otras construcciones, y anteriormente en las cuentas del Concejo de 1.788, se señala el pago de “doce reales que se an gastado conduciendo materiales para la ermita de Santa Lucía”. No se encuentran facturas o gastos por los materiales en sí.
También sabemos que la actual ermita de Santa Lucía fue construida con materiales reutilizados. El Arqueólogo Antzoka Martínez Velasco, con pasado veraniego en su juventud en el pueblo de Espejo, lo relata en un artículo relativo a esta Ermita, y en concreto a un epígrafe o inscripción grabada en un sillar de arenisca reutilizado como alféizar de la ventana lateral derecha de la ermita, en su parte exterior. La reutilización parece clara ya que la piedra con la inscripción está colocada al revés. La escena está ordenada de forma simétrica. La preside en mayor tamaño una combinación de cruz latina y unos brazos humanos en cruz. Bajo los brazos dos trazos rectos a ambos lados del cuerpo. Junto al trazo recto de la derecha otro trazo recto con remate esférico y de mayor tamaño, debajo, en posición oblicua izquierda un grabado que recuerda la forma de una T mayúscula. La escena se completa con dos esquematismos a izquierda y derecha: el de la izquierda recuerda un esquematismo femenino, y el de la derecha uno masculino. La escena parece que podría tratarse de un calvario con dos clavos para los brazos, el martillo y dos figuras humanas, una masculina y otra femenina. A la derecha de esta escena mencionada, aparecen grabadas mediante repiqueteado cuatro letras que bien pudieran corresponderse con la “z”, “b”, “c” y ¿d? o ¿a? en cursiva. Posiblemente el bloque original fuera de mayor tamaño. Si aceptamos la teoría de su reconstrucción, la primitiva ermita debería de situarse su origen a finales de la edad media, que es cuando en Alava empiezan a representarse los calvarios.
De la antigua ermita también se trasladó a esta nueva la imagen de la santa que por desgracia fue robada en 1.967, y sin que se cursase denuncia alguna ni se iniciase averiguación alguna al respecto, y según nos ha asegurado un vecino de Espejo fue testigo que el día del robo, observó un coche con matrícula extranjera salir corriendo de la ermita.
Quizá y a pesar del tiempo transcurrido no sería tarde para que por parte de la Junta Administrativa de Villamaderne se pusiese la oportuna denuncia, y se recopilase entre los vecinos descripción de la imagen o mejor aún apareciese entre los vecinos alguna foto de la misma que pudiera llevar al paradero actual de la misma.
Durante el pasado fin de año 2010 hemos visto cómo la Ermita de Santa Lucía, del pueblo de Villamaderne ha estrenado tejado nuevo, gracias a las obras de restauración llevadas en ella por la Junta Administrativa de la localidad, y con subvención de la Diputación Foral de Alava, lo que nos ha llevado a contar un poco su historia que quizá muchos no conozcan, y con muchas anécdotas al respecto.
La actual ermita de Santa Lucía fue construida posiblemente en 1.788, por los datos que más tarde mencionaremos, en terreno que el vecino de Villamaderne Tomás de Bermeo, cedió gratuitamente ese mismo año de 1.788, para la edificación de la misma, y que en aquél tiempo estaba situada más allá del río Omecillo y del término de Barcabao, en el lugar denominado La Paul, linde del pueblo de Villamaderne con el de Espejo, junto a la importante y antigua calzada romana primitiva. Hasta esas fechas de finales del siglo XVIII, fue utilizada como camino para llevar la lana de Castilla a los puertos de Vizcaya y que entraba por el pueblo de Espejo, atravesaba el puente de La Mota, y transcurría por lo que hoy conocemos como parcelaria a Villanañe, y antes de llegar a esta localidad se dirigía hacia Orduña atravesando nuevamente el Omecillo por el puente de la Venta del Monte, como así consta en los planos que encontramos del tramo número 10 de la carretera de Bilbao a Pancorbo, que se titula o refleja el tramo entre la Venta del Monte y el Bado pasado Bergüenda, realizado por el director de dichas obras, D. Joseph Santos Calderón, el 30 de Agosto de 1.769 en Bilbao. La carretera actual que conocemos y que hoy está al otro lado del Omecillo, se terminó de construir el 28 de Enero de 1.774, por lo que la Ermita se quedó aislada e hizo que los lugareños de Villamaderne se pusiesen manos a la obra para hacer la que hoy conocemos. Nos hace pensar que la Ermita sería de mucha devoción por parte de los carreteros, pues sino no tiene sentido su traslado a la nueva carretera para que estuviese más cerca del pueblo de Villamaderne. También podemos decir que en aquellos años y según encontramos en los documentos del pueblo de Espejo las romerías que celebraba el pueblo eran a la Ermita de Nuestra Señora de Mellera en Barrio, a la Ermita de Nuestra Señora de Angosto en Villanañe, y a la Ermita de Nuestra Señora de Vallejo en Alcedo, hoy desaparecida, y que en aquellos años Alcedo formaba parte del Ayuntamiento de Valdegovía.
Aquella antigua Ermita de Santa Lucía sirvió como punto de encuentro de los vecinos de Espejo y Villamaderne, enredados en líos por el uso de la finca denominada La Paul, junto a la que estaba edificada esa antigua Ermita. Encontramos en la documentación del pueblo de Espejo, una concordia presidida por el escribano real Marcos de Silanes, celebrada en esa Ermita de Santa Lucía, en el año 1.631, sobre la roturación de una porción de terreno en “La Paul”, por los vecinos de Villamaderne, y que perjudicó a los vecinos de Espejo, ya que éstos tenían derecho de pasto en citado terreno. La concordia fue finalmente ganada por el pueblo de Espejo el 29 de Octubre de 1.634, según consta en la documentación de los archivos de ambos pueblos. Con posterioridad se sucede en la documentación las revisiones que se hacía entre Espejo y Villamaderne de los mojones que separan ambas jurisdicciones, y en los que podemos leer cómo la Ermita estaba en el linde.
Y para su construcción debieron utilizar el material de la antigua Ermita. La Ermita actual debió hacerse bastante más pequeña que la anterior ya que según nos descubrió en su día el sacerdote y profesor de Numerario de Historia y Geografía, Teófilo Aguayo Campo, natural de Villamaderne, en las cuentas del Concejo de 1.795, se señala pagar “ dos fanegas de trigo al señor Cura por los materiales de la Ermita”, que serían utilizados por los vecinos en otras construcciones, y anteriormente en las cuentas del Concejo de 1.788, se señala el pago de “doce reales que se an gastado conduciendo materiales para la ermita de Santa Lucía”. No se encuentran facturas o gastos por los materiales en sí.
También sabemos que la actual ermita de Santa Lucía fue construida con materiales reutilizados. El Arqueólogo Antzoka Martínez Velasco, con pasado veraniego en su juventud en el pueblo de Espejo, lo relata en un artículo relativo a esta Ermita, y en concreto a un epígrafe o inscripción grabada en un sillar de arenisca reutilizado como alféizar de la ventana lateral derecha de la ermita, en su parte exterior. La reutilización parece clara ya que la piedra con la inscripción está colocada al revés. La escena está ordenada de forma simétrica. La preside en mayor tamaño una combinación de cruz latina y unos brazos humanos en cruz. Bajo los brazos dos trazos rectos a ambos lados del cuerpo. Junto al trazo recto de la derecha otro trazo recto con remate esférico y de mayor tamaño, debajo, en posición oblicua izquierda un grabado que recuerda la forma de una T mayúscula. La escena se completa con dos esquematismos a izquierda y derecha: el de la izquierda recuerda un esquematismo femenino, y el de la derecha uno masculino. La escena parece que podría tratarse de un calvario con dos clavos para los brazos, el martillo y dos figuras humanas, una masculina y otra femenina. A la derecha de esta escena mencionada, aparecen grabadas mediante repiqueteado cuatro letras que bien pudieran corresponderse con la “z”, “b”, “c” y ¿d? o ¿a? en cursiva. Posiblemente el bloque original fuera de mayor tamaño. Si aceptamos la teoría de su reconstrucción, la primitiva ermita debería de situarse su origen a finales de la edad media, que es cuando en Alava empiezan a representarse los calvarios.
De la antigua ermita también se trasladó a esta nueva la imagen de la santa que por desgracia fue robada en 1.967, y sin que se cursase denuncia alguna ni se iniciase averiguación alguna al respecto, y según nos ha asegurado un vecino de Espejo fue testigo que el día del robo, observó un coche con matrícula extranjera salir corriendo de la ermita.
Quizá y a pesar del tiempo transcurrido no sería tarde para que por parte de la Junta Administrativa de Villamaderne se pusiese la oportuna denuncia, y se recopilase entre los vecinos descripción de la imagen o mejor aún apareciese entre los vecinos alguna foto de la misma que pudiera llevar al paradero actual de la misma.