VITORIA: (Del Libro “La España de Picaporte”)...

(Del Libro “La España de Picaporte”)

Las noticias se suceden. La prensa se hace eco del expedientado conductor de autobús que no dejó entrar en él a una mujer con burka.

Puestos a recordar; sin ser el burka. Lo que llevan las mujeres en Argel como obligado natural para resultar ocultas; es el Haik. Larga pieza de color blanco en la que se envuelven y que cubre desde la cabeza hasta las rodillas.
Acompañado e imprescindible el Adyar. Pañuelo blanco colocado bajo los ojos cubriendo nariz y boca.

Lo que se dice… Pasar… Pasar por desconocidas; tiene truco. De ello se encarga el cambio de zapatos (el calzado las hace identificables a las pesquisas de su familia masculina). Cambiar es tan sencillo como llevar un par de repuesto en el bolso.

Volviendo a Argel como núcleo urbano. En época de disturbios (gobernando los franceses) bajo dicha vestimenta se camuflaban hombres que propiciaban atentados.

Lo fácil para ellos (para la policía difícil encontrarlos) desaparecer con esta vestimenta en la Casba.

A miembros de la “Gendarmerie” en ronda; se les iluminó el ¿cómo? al ver bajo vestimenta de mujer unos zapatos de hombre.

Hoy que la mujer por comodidad calza no importa bota o deportivas y que se da el caso de tener números pasando el treinta y ocho, el plagio por varón es mucho más sencillo.

Las mujeres argelinas también estaban encargadas (llevando bolso o capazo bajo el Haik) depositarlo en lugares públicos y cometer atentado.

Cierto que Vitoria no tiene contienda alguna pero la pregunta queda para quien desee recogerla.

¿Acaso desean ver a la sociedad femenina española con la misma vestimenta a la que les obligan países sin derecho a la mujer a vivir como cualquier ciudadano?

Quién da fe: ¿Qué aquella persona que se encuentra bajo el burka no busca conocer medios para otros fines?

¿Acaso el gobierno tiene la verdad absoluta?

¡Una vieja por una joven! Tratándose de un carnet o pasaporte que no es verificado al natural ¿quién es la viajera? Quien llega a España y quien marcha.

Bajo la casa andante que puede resultar esta vestimenta la libertad de acción le pertenece.

¿Acaso en un futuro la compañía que ha expedientado al chófer por creer este que con su acción estaba en lo correcto; no se verá involucrada en algún luctuoso hecho?

El país anfitrión nunca debe perder su hegemonía quienes desean acomodarse en él tienen la obligación de adaptarse a sus costumbres y a su diario con respeto total ya que en definitiva se sirven de sus bienes sociales lo que en sus países de origen no alcanzan.

No es de justicia ¿o lo es?

Pero si de coherencia. Nunca debió de ser expedientado un trabajador por entender… Que desconocer la identidad de un pasajero no es lo que conviene al resto de los ocupantes del vehículo.

Por la misma coherencia supongo que ya se habrán movido compañeros que un día próximo pueden tener que verse en el dilema.

¿Para qué está la Ley y autoridad gobernante sino para hacerla cumplir y evitar males mayores?

¡Racistas!

¡No! Defensoras/es de una igualdad que a la mujer costó tiempo.

Carmen Amigó y Pérez-Mongay
(Representa “Plataforma de la Ciudadanía”)