COMO AQUÍ HAY MUCHOS ALMENDRALENSES, IGUAL ALGUNO LEE ESTO, ASÍ, QUE PARA ELLOS Y ELLAS COMO SE DICE AHORA Y, EN ESPECIAL PARA EL HOGAR EXTREMEÑO LOCAL, CON TODO MI AFECTO:
¿Será capaz Isidro el labrador de hacernos olvidar aunque sólo por hoy las cuitas que nos agobian?
Depende, habrá a quien si y quien no, como siempre. Habrá quien coja la túrdiga ya de mañana temprano y estará todo el día en ese limbo que ahora al parecer ya no existe, pero al fin y al cabo ausente. Ausente y muy alejado de la monotonía de su transcurrir diario. Habrá quien tome tres copas, dos segura y una en el aire. Todas le sabrán a quinina o a aceite de ricino. A otros le sabrán a gloria. ¡Qué le vamos a hacer, asina son las cosas!
Pero.., otros harán una pirueta en los aires, se calarán hasta las cejas su boina y, con el mundo por sombrajo, se acercarán hasta lo que antes eran tierras para el descanso de trashumantes ganados y, formando corro a la sombra de una encina harán fiesta aparte, olvidados de que en el mismo sitio, no hace tanto pues aún me acuerdo, se excavaron fosas comunes para enterrar a grandes piaras de guarros previamente asesinados de un marrazo en la testuz. Tenían una enfermedad pegajosa como esta que ahora dicen que tiene, a aquella le decían peste porcina, por eso entre capa y capa, le echaban otra de cal, pero los ejecutores no se ponían máscara como hacen en estos tiempos.
Habrá jolgorio y misa de doce en la ermita e él dedicada. Pero eso, suponiendo que el regular comarcano sea capaz de estar como San Ramón Non Nato, en varios sitios a la vez.
Las parejitas harán rancho aparte y se dejaran guiar por su instinto, potenciado por el olor a yerba fresca y florida, por lo que revolotearan igual que mariposillas en celo, buscando el deseado encontronazo. Ojo a la píldora esa tan controvertida, sea de antes o de después.
Y con el olor del campo, se mezclará el de la tortilla, y las costillas adobadas y el del vino de la bota y el del queso de cabra y quizá y como excepción, el de los buenos embutidos que se hacen en la región. Un placer para los sentidos y tortura para las básculas.
Luego saldrá el cantaor y los olés sin tón ni són. Y otros cánticos entre los que espero y deseo que el mocerío del lugar ya haya aprendido a cantar y bailar esa jota tan rápida que es patrimonio local, cuya letra dice si la memoria no me falla eso de:
Baila la patita con mucho primor,
primero la punta y luego el tacón.
La punta y el tacón se baila con esmero,
que me ha salido un novio que se llama Frascuelo,
Frascuelo del alma mía,
Frascuelo del corazón,
quien bailara contigo la punta y el tacón.
Aunque no haya matanza ni se sortee la pata del puerco.
A divertirse.
Salud.
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