HISTORIA. Idanusa, Uranzu, Iranzu son nombres con que aparece mencionada esta pobl. Algunos han querido probar haberse llamado Iturisa, en tiempo de los romanos; pero no son de la debida fuerza sus argumentos: Iturisa distaba más del Océano. La correspondencia de la idea topográfica que tenemos dé la Idanusa, que figura en Estrabon, con la que presenta Irún, es más marcada, y así mismo la analogía de sus nombres: hablando este geógrafo de los vascones, dice que desde Pamplona se extendían hasta Idanusa, junto al Océano, cuya sit. conviene á Irún, y de Idanusa bien ha podido decirse Idun é Irun. No obstante, Casaubon y Puteano han presumido que el nombre Idanusa se debe a error de los copiantes, habiéndolo escrito por lasona o Easona; pero en este caso era preciso identificarla con la Oeaso de Ptolomeo, y se repugnan entre sí. En Irun se han hallado varios monumentos de c. romana, que pueden verse en el Diccionario Geográfico de la Academia. El nombre de Irun se halla por primera vez en la carta puebla, concedida a Fuenterrabía por D. Alonso III en 18 de abril de 1203. A la jurisd. civil y criminal de la misma Fuenterrabía, estuvo sujeta hasta el año 1766 en que el rey D. Carlos III se la concedió propia, y el nombramiento de dos escribanos de número. Es célebre esta v. por las varias entregas de personas reales que, con motivo de su proximidad a la frontera, han tenido lugar en ella; pero con especialidad por las diferentes batallas memorables que se han dado en su campo. Es preciso hacer aqui mención de la famosa que en 30 de junio de 1522 se dio en el monte llamado de San Marcial, parte de la cordillera de Aya, á vista de la pobl. y a tiro y medio de fusil distante de ella: fueron derrotados los franceses y alemanes, y por haber acaecido este suceso en el día de la festividad de San Marcial, se erigió la basílica en acción de gracias al santo, y tomó nombre el mismo monte. En 24 de enero de 1701 entró en Irun el rey D. Felipe V encontrando al obispo de Pamplona y a otras muchas personas de distinción que allí le esperaban. En diciembre de 1807 llegó a esta v. el general Dupont, haciendo creer que se dirigía con su división a Portugal. En 19 de abril de 1808 llegó a la misma v. el rey D. Fernando VII: se hospedó en una casa fuera de la pobl.; allí habia un batallón del regimiento de África, decidido a obedecerle; la providencia parecía advertirle del peligro que corría, presentándole medios de salvación. El general Savari, ayudante de campo de Napoleón, encargado de su custodia, que se habia quedado algo atrás por causa de habérsele descompuesto el coche, llegó despavorido con el temor de perder su importante prisionero.
Debe aquí citarse la batalla que en 31 de agosto de 1813 tuvo lugar en el monte de San Marcial, ya célebre en la historia: en esta fueron derrotados 18,000 franceses a las órdenes de Soult, por 12,000 españoles mandados por el general Freiré. Son tantos y tan repetidos los méritos y servicios que esta v. contrajo en la guerra de la Independencia, y particularmente en aquella batalla, que en su consideración se sirvió el rey por su decreto de 28 de julio de 1817, honrarla con los dictados de Muy benemérita y generosa, añadiéndolos a los de noble y leal de que gozaba antes; mandando ademas, que para perpetuar unos hechos que tanto honor hacen a su vecindario y trasmitirlos a la posteridad, se fijase cerca de la basílica que existe en aquella montaña, el cañón que ya se ha mencionado, y que todos lósanos, por el día 31 de agosto, aniversario de la batalla, y 30 de junio, fiesta del santo, se conduzca de la plaza de San Sebastián, otro cañón con 4 artilleros y los pertrechos necesarios, para que durante la función de uno y otro día, se hagan las correspondientes salvas. El papa Pio VII concedió indulgencia plenaria, por breve de 9 de febrero de 1816, a los que concurriesen al sufragio de los héroes en esta jornada fenecidos, que anualmente habia de celebrarse. Para eternizar la memoria de tan glorioso triunfo, se fijó en la parte lateral del Evangelio de la ant. basílica de San Marcial, la inscripción de mármol negro y letras de oro en que dice: «La historia, con prez y honor de España, referirá el lustre de esta hazaña. D. O. M «según ya se ha copiado como la que existe en medio del pavimento del edificio bajo la cual se hallan las cenizas de los que gloriosamente perecieron en aquella montaña: la v. de Irun hizo de ellas este religioso depósito en 1815. Muy considerablemente ha figurado también esta v. en la última guerra civil. Habiendo permanecido largo tiempo en poder de los carlistas, en mayo de 1837 se aproximó a ella el general Evans con las divisiones Chister, Berdon y Jáuregui; se hizo dueño de las casas contiguas al gran reducto; los ingleses tomaron por asalto las fortificaciones, atrincheramientos, reductos y las casas consistoriales, y se apoderaron de 13 cañones. Los soldados del ejército de la reina, desesperados por la obstinada resistencia del enemigo, lo llevaban todo a sangre y fuego: 700 carlistas perecieron, y con harto trabajo pudo Evans salvar la vida a 30 prisioneros al quedar la plaza por las armas de la
reina.
Es patria de D. Gregorio de Leguía, del Consejo de Felipe III y su secretario en el de Indias; de D. Francisco de Berrotaran, capitán general de la c. de Caracas y prov. de Venezuela; del general de la armada del Sur D. Bartolomé Urdinsu y Arbelaiz, y algunos otros.
El escudo de armas de esta v., ostenta en campo de gules un cast. de plata, mazonado de llave, portado y fenestado de azul, acompañado en lo alto de sus homenajes de 2 grullas pardas y cenicientas, timbrado de una ala de plata bruñida terciada, mostrando 5 barretas de la visera clavadas, y un volante sable con este letrero de plata: vigilante custos. Parece se le concedieron por haber defendido el paso del r. Bidasoa contra los franceses.
* Diccionario geográfico - estadístico - histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Pascual Madoz. Madrid, 1848.
Debe aquí citarse la batalla que en 31 de agosto de 1813 tuvo lugar en el monte de San Marcial, ya célebre en la historia: en esta fueron derrotados 18,000 franceses a las órdenes de Soult, por 12,000 españoles mandados por el general Freiré. Son tantos y tan repetidos los méritos y servicios que esta v. contrajo en la guerra de la Independencia, y particularmente en aquella batalla, que en su consideración se sirvió el rey por su decreto de 28 de julio de 1817, honrarla con los dictados de Muy benemérita y generosa, añadiéndolos a los de noble y leal de que gozaba antes; mandando ademas, que para perpetuar unos hechos que tanto honor hacen a su vecindario y trasmitirlos a la posteridad, se fijase cerca de la basílica que existe en aquella montaña, el cañón que ya se ha mencionado, y que todos lósanos, por el día 31 de agosto, aniversario de la batalla, y 30 de junio, fiesta del santo, se conduzca de la plaza de San Sebastián, otro cañón con 4 artilleros y los pertrechos necesarios, para que durante la función de uno y otro día, se hagan las correspondientes salvas. El papa Pio VII concedió indulgencia plenaria, por breve de 9 de febrero de 1816, a los que concurriesen al sufragio de los héroes en esta jornada fenecidos, que anualmente habia de celebrarse. Para eternizar la memoria de tan glorioso triunfo, se fijó en la parte lateral del Evangelio de la ant. basílica de San Marcial, la inscripción de mármol negro y letras de oro en que dice: «La historia, con prez y honor de España, referirá el lustre de esta hazaña. D. O. M «según ya se ha copiado como la que existe en medio del pavimento del edificio bajo la cual se hallan las cenizas de los que gloriosamente perecieron en aquella montaña: la v. de Irun hizo de ellas este religioso depósito en 1815. Muy considerablemente ha figurado también esta v. en la última guerra civil. Habiendo permanecido largo tiempo en poder de los carlistas, en mayo de 1837 se aproximó a ella el general Evans con las divisiones Chister, Berdon y Jáuregui; se hizo dueño de las casas contiguas al gran reducto; los ingleses tomaron por asalto las fortificaciones, atrincheramientos, reductos y las casas consistoriales, y se apoderaron de 13 cañones. Los soldados del ejército de la reina, desesperados por la obstinada resistencia del enemigo, lo llevaban todo a sangre y fuego: 700 carlistas perecieron, y con harto trabajo pudo Evans salvar la vida a 30 prisioneros al quedar la plaza por las armas de la
reina.
Es patria de D. Gregorio de Leguía, del Consejo de Felipe III y su secretario en el de Indias; de D. Francisco de Berrotaran, capitán general de la c. de Caracas y prov. de Venezuela; del general de la armada del Sur D. Bartolomé Urdinsu y Arbelaiz, y algunos otros.
El escudo de armas de esta v., ostenta en campo de gules un cast. de plata, mazonado de llave, portado y fenestado de azul, acompañado en lo alto de sus homenajes de 2 grullas pardas y cenicientas, timbrado de una ala de plata bruñida terciada, mostrando 5 barretas de la visera clavadas, y un volante sable con este letrero de plata: vigilante custos. Parece se le concedieron por haber defendido el paso del r. Bidasoa contra los franceses.
* Diccionario geográfico - estadístico - histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Pascual Madoz. Madrid, 1848.