La
foto muestra un entrañable
rincón marinero y fundamentalmente, desde mi punto de vista, de lo que está realmente cargada es de humanidad, esa humanidad que ofrecen las ropas colgadas para secarse al aire y sol. Ahora en las urbanizaciones o
calles de nuestras ciudades lo primero que se hace es prohibir los tendederos a la vista. ¿Donde han quedado las conversaciones de vecindad de
ventana a ventana?
La foto me trae a la memoria la primera vez que visité
Pasajes San Juan acompañado por una buena
... (ver texto completo)