El Peine del Viento es un conjunto de tres
esculturas de acero de más de 9 toneladas cada una, que se sitúa allí donde acaba la ciudad y comienza el
mar, donde las olas abrazan los abruptos
acantilados del
Monte Igeldo. Eduardo Chillida ancló en sus
rocas las tres esculturas para que el viento entrase siempre peinado en la
Bahía de La Concha.
Un lugar donde el mar y el viento se baten en desenfreno azotando las rocas. Donde la
naturaleza y el
arte se funden pareciendo uno solo. Y es que la colocación de las esculturas hace que parezca que emergen de la propia
roca, como si fuesen parte de ella.