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BARAKALDO

Habitantes: 95.675  Altitud: 39 m.  Gentilicio: Baracaldeses 
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Situación:

Situado en la margen izquierda de la ría del Nervión, a unos 8 Km de la capital vizcaína, se extiende en una superficie de algo más de 25 Km cuadrados.

Ayuntamiento:

Casa consistorial.(Ayuntamiento) de 1964, diseñado por Sans Gironella. Es de estilo nórdico moderno. Esta en la Herrico Plaza.

Monumentos:

Conservatorio de música, Iglesia de San Vicente, Palacio Larrea, parque de las esculturas, euscaltegui municipal, cargadero de mineral de la franco Belga, Edificio Ilgner, Ermita de Santa Agueda

Fiestas:

16 de Julio. "Karmengo Jaiak" Fiestas patronales.

16 de Agosto. San Roque. Fiestas de El Regato.

31 de Julio. San Ignacio. Fiestas de Retuerto.

Historia:

La fecha exacta y los datos precisos de la fundación de la Anteiglesia de Baracaldo, se pierden en la oscuridad de los tiempos.

El primer núcleo de población importante, se debió formar en la desembocadura del Galindo, en la llamada "Punta", al ser base de un centro de producción comercial y portuario de actividad extraordinaria.

Este núcleo, que no contaba con más de 50 casas, se convirtió en Anteiglesia al establecerse la organización eclesiástica del territorio, después de la evangelización del país, organización que tenía su base en las jurisdicciones respectivas de los conventos jurídicos romanos.

Tres son los períodos en que se puede dividir la historia de Baracaldo. El primer período cuenta con más de un milenio, del que no hay noticias. Del segundo, que es el de la fundación de la Anteiglesia, se sabe que en el año 1.051 ostentaba su señorío Don López Velázquez, según consta en Escritura de denominación, en la que Don Iñigo López se titula Señor de Baracaldo.

Destaca en este período la fundación de la Anteiglesia de San Vicente en el año 1.340, por Don Sancho López de Baracaldo, Don Lope Gonzalo de Zorroza y Don Galindo Retuerto, a terceras partes, desmembrándose de la de Santa María de Erandio, sin duda por causas del peligro de vadear, en tiempo de borrascas, el brazo de mar que promediaba. Fue vendida por sus nietos a los Butrón y García de Salazar.

Tres familias destacan en Baracaldo: los Retuerto, Susunaga e lrauregui. En el año 1.370, se entablan las feroces guerras de Banderizos. A raíz de estas, se constituyen las Hermandades en defensa de la Ley Civil. La pacificación de los Bandos, la hace el Corregidor de Vizcaya, Gonzalo Moro.

El tercer período empieza al separarse de las Encartaciones. En el año 1366, por concesión del Señor de Vizcaya, Don Tello, mediante el pago de una cantidad estipulado y por "poderío de Vizcaya e del solar de Butrón, a pesar de los de Retuerto, por que los vecinos eran más poderosos e en el tiempo que el Solar de Muñatones fue mucho decaído por la guerra de las casas de la Sierra de San Martín" (según Lope García de Salazar, en "Bienandanzas y Fortunas"), se sumó en calidad de Anteiglesla a la tierra llana vizcaína, Merindad de Uribe. Es recogida por dos fieles con el voto asiento 33 en las Junta Generales de Guernica. Contaba entonces la Anteiglesla de doscientas fogueras (hogares).

Ya funcionaban las primeras ferrerías, que existían desde tiempo de los romanos, pues fueron ellos los que introdujeron los molinos de agua, provocando la primera revolución de la industria férrea.

Las primeras ferrerías se establecen en las montañas, cerca de los criaderos de minerales y de los bosques que les suministraban la leña. El agua sólo se utilizaba para limpieza y temple. Por eso, las mejores ferrerías debieron establecerse entre el Cadagua, el Nervión y el Galindo, tierra de Baracaldo.

No podemos por menos de resaltar las rivalidades y luchas que mantuvo con las villas cercanas, singularmente con Bilbao. Empezaron con motivo de franquicias, competencias marítimas y comerciales, y culminaron en la batalla llamada de Retuerto, en la que triunfaron los de Baracaldo.

En 1.499, el Señor Condestable, Don Pedro Fernández Velasco, intentó edificar villa y puerto en Baracaldo, junto a las Torres de Luchana, y posteriormente su hijo decidió realizarla en Zubileta. Intentos ambos baldíos, pues la Villa salió vencedora.

También con los pueblos mineros hubo sus rivalidades. En 1.664, Baracaldo se queja en las Juntas Generales de Guernica, de que, a pesar de tener ejecutoria para explotación del mineral de Somorrostro, se lo impedían los vecinos de los tres Concejos: San Salvador, Sestao y Santurce, tomándoles presos y multándoles. Los Concejos acaban por imponer sus pretensiones mineras, y apenas le quedan a la Anteiglesia más que las labores de carga y descarga de campaniles y rubios sobre los rudimentarios embarcaderos de Beurco, Luchana y del Galindo.

Si en un principio la minería fue el reclamo de gentes de todas partes, muy pronto la paulatina industrialización hace que el centro de gravedad de la inmigración se traslade a la zona de Baracaldo.

El proceso de urbanización es parejo al de industrialización, y éste comienza a mediados del siglo XIX. Juan E. Delmas, en 1.864, al referirse a Baracaldo, nos da testimonio de tres fábricas. La primera, propiedad de los señores Mwinckel, Arregui y Cía., la segunda es la de Santa Águeda, y la tercera de los señores Ibarra y Cía.

Esta última fábrica de Nuestra Señora de El Carmen, que los Ibarra emplazan en la confluencia del río Galindo con la Ría de Bilbao, fue el principal fundamento de la industria siderúrgica de la provincia. En 1.882, se funde la sociedad "Altos Hornos y Fábrica de Hierro y Acero de Bilbao", con la "Iberia", se constituye la sociedad de "Altos Hornos de Vizcaya", que a partir de entonces llega a ser uno de los máximos exponentes de la economía industrial española.

Su configuración como un importante polo industrial traería como consecuencia la aceleración del movimiento migratorio y durante buena parte del siglo XX, el crecimiento demográfico de Baracaldo ha sido impresionante, llegando a ser el municipio (no capital) más poblado del Estado, lo cual no sólo ha sido un récord con el que sentirse orgullosos, sino también la manifestación más clara de que económicamente Baracaldo era imprescindible. El reparto de los espacios urbanos se acomodó a las nuevas circunstancias, y el color gris y el desorden urbanístico, señas de identidad de los centros industriales a nivel europeo, lo invadieron todo. Su importancia económica provocó el florecimiento de un importante sector servicios y no sólo el comercio, sino centros comerciales, bancos, seguros, ... se ubicaron en Baracaldo, conviviendo los grandes con los pequeños.

En la década de los setenta, Baracaldo dejó de ser un punto de referencia industrial, ya que la gran industria comenzaba a tambalearse, y la disminución de la actividad supuso un duro golpe para quienes concebían la vida desde y para el trabajo. El cierre de Altos Hornos de Vizcaya ha creado una situación difícil; sin embargo, Baracaldo mantiene valores que pueden hablar muy bien de su futuro. El trabajo y empeño de sus gentes son una buena renta para conseguir reponerse y caminar hacia delante, hasta convertirla en una ciudad para vivir y trabajar.

Al derrumbarse la base económica, como consecuencia de la crisis industrial, se genera una importante pérdida de puestos de trabajo, así como un importante número de prejubilados y jubilados con poder adquisitivo, pero que constituyen un sector no productivo, al mismo tiempo que un sector de jóvenes no puede acceder al mundo laboral: la generación de los años sesenta, procedente del “baby-boom” se ve imposibilitada a acceder al mundo del trabajo, junto con la mujer que cada vez desea más su incorporación al mundo del trabajo: es desde aquí que nace un nuevo resurgimiento económico, con nuevas actividades que sustituyen a las anteriores.

La modernización económica pasa por el asentamiento de nuevas industrias, apoyadas en el desarrollo del Puerto y del Aeropuerto como motor, reutilizando los suelos que han dejado las viejas industrias para el asentamiento de actividad económica compatible con el uso residencial, por estar situados estos espacios en convivencia con los núcleos urbanos y para no repetir los errores del pasado. Para ello se hace necesaria la creación de nuevos sistemas de comunicación y la construcción de nuevas calles que enlacen los espacios libres consecuencia de la desaparición de las viejas actividades, acercando la ciudad al borde de la ría, permitiendo la construcción de nuevas viviendas que van sustituyendo a las más antiguas.

Una de las expectativas más importantes es el desarrollo del sector comercial, que convertirá a Baracaldo en el centro del consumo en la Metrópoli y punto de atracción de las provincias limítrofes, un Centro Comercial que no compita, sino que complemente los ya existentes, peatonalizando calles, creando espacios libres y aparcamientos subterráneos que ayuden al mantenimiento del comercio tradicional existente en el casco urbano.

Turismo:

Existe un bonito barrio rural llamado el Regato.