BARACALDO SESTAO Y PORTUGALETE.
Quien me quiera hablar del hierro
que se produce en Vizcaya,
sin explicar el entierro
de la ría que hizo raya.
Un sonido llevo dentro
que me cala mi sentido,
es como ocupar el centro
de ver el tiempo perdido.
“Si quieres oler a hierro
tendrás que ir a Bilbao,
y recorrer Baracaldo
Portugalete y Sestao”.
Me lo dijo un Castellano
que supo vivir su vida,
siendo siempre un buen humano
que llevó su frente erguida.
La Ría me vi cruzando
por diferentes caminos,
en todas seguí pensando
como son sus bellos signos.
Olores que no se olvidan
ni se les hace desprecio,
a veces hasta se cuidan
sin ponerles nunca precio.
Circulaba el “gasolino”
por las aguas de El Nervión,
en su trayecto divino
siempre dejaba ilusión.
Vivir sintiendo la vida
entre fabricas enormes,
sin buscar la despedida
por los temidos informes.
Baracaldo dios mediante,
me dijeron de pequeño,
pensaba ser emigrante
sin tener jamás un dueño.
G X Cantalapiedra.
Quien me quiera hablar del hierro
que se produce en Vizcaya,
sin explicar el entierro
de la ría que hizo raya.
Un sonido llevo dentro
que me cala mi sentido,
es como ocupar el centro
de ver el tiempo perdido.
“Si quieres oler a hierro
tendrás que ir a Bilbao,
y recorrer Baracaldo
Portugalete y Sestao”.
Me lo dijo un Castellano
que supo vivir su vida,
siendo siempre un buen humano
que llevó su frente erguida.
La Ría me vi cruzando
por diferentes caminos,
en todas seguí pensando
como son sus bellos signos.
Olores que no se olvidan
ni se les hace desprecio,
a veces hasta se cuidan
sin ponerles nunca precio.
Circulaba el “gasolino”
por las aguas de El Nervión,
en su trayecto divino
siempre dejaba ilusión.
Vivir sintiendo la vida
entre fabricas enormes,
sin buscar la despedida
por los temidos informes.
Baracaldo dios mediante,
me dijeron de pequeño,
pensaba ser emigrante
sin tener jamás un dueño.
G X Cantalapiedra.