EL OTOÑO SE PRESENTA EN BARACALDO
Vino corriendo el otoño, dejando sus grises huellas, nadie sabe de su entorno ni si traerá fechas bellas. Baracaldo va notando que la pandemia nos llega, que nadie sabe su saldo ni quiere ver que despliega. Esta maldita tragedia que recorre todo el mundo, nadie la ve de comedia al ver su rumbo un absurdo. Los caminos de la vida parecen que se atormentan, al ver que surge esa herida que los virus los aumentan. Baracaldo desde Cruces, el Hospital se contempla, de poco valen las luces si la epidemia revienta. Las gentes viven pensando, en tan penosa tragedia, y se siguen lamentando sin ver que nadie nos media. La ciencia va batallando, las vacunas no son ciertas, por detrás vemos llegando algunas personas muertas. No valen muchas promesas ni rasgarnos los vestidos, quizá suframos sorpresas antes de vernos perdidos. Los virus van galopando, sin dejarnos ni un respiro, los caballos van notando que pueden pegar un giro. Baracaldo lo presiente, este otoño es mal venido, cuando se muere la gente es un mal poco entendido. Los médicos van luchando contra el virus asesino, su semblante va quedando sin lograr ser adivino. Este otoño se presenta, con sus ojos encendidos, la pandemia no se ausenta y quiere vernos vencidos. Mascarillas y distancia, es el único camino, no nos sirve la ignorancia ni buscar signo divino. Cada cual en su vivienda, puedes defender tu signo, la mente puede que entienda lo triste que es el destino. La Madre Naturaleza deja libre los caminos, y quiere ver la torpeza de los serios desatinos. El mañana nos espera, no tratemos de anularlo, la salud en primavera puede la vida notarlo. Somos seres que sufrimos, si la pandemia notamos, de pronto vemos abismos que por la vida encontramos. La Madre Naturaleza nos impone condiciones, queriendo no ver pereza en complicadas razones. No prepares la maleta si la guadaña te llama, la vida nunca está quieta y el futuro te reclama. G X Cantalapiedra. 22 - 9 – 2020.
Vino corriendo el otoño, dejando sus grises huellas, nadie sabe de su entorno ni si traerá fechas bellas. Baracaldo va notando que la pandemia nos llega, que nadie sabe su saldo ni quiere ver que despliega. Esta maldita tragedia que recorre todo el mundo, nadie la ve de comedia al ver su rumbo un absurdo. Los caminos de la vida parecen que se atormentan, al ver que surge esa herida que los virus los aumentan. Baracaldo desde Cruces, el Hospital se contempla, de poco valen las luces si la epidemia revienta. Las gentes viven pensando, en tan penosa tragedia, y se siguen lamentando sin ver que nadie nos media. La ciencia va batallando, las vacunas no son ciertas, por detrás vemos llegando algunas personas muertas. No valen muchas promesas ni rasgarnos los vestidos, quizá suframos sorpresas antes de vernos perdidos. Los virus van galopando, sin dejarnos ni un respiro, los caballos van notando que pueden pegar un giro. Baracaldo lo presiente, este otoño es mal venido, cuando se muere la gente es un mal poco entendido. Los médicos van luchando contra el virus asesino, su semblante va quedando sin lograr ser adivino. Este otoño se presenta, con sus ojos encendidos, la pandemia no se ausenta y quiere vernos vencidos. Mascarillas y distancia, es el único camino, no nos sirve la ignorancia ni buscar signo divino. Cada cual en su vivienda, puedes defender tu signo, la mente puede que entienda lo triste que es el destino. La Madre Naturaleza deja libre los caminos, y quiere ver la torpeza de los serios desatinos. El mañana nos espera, no tratemos de anularlo, la salud en primavera puede la vida notarlo. Somos seres que sufrimos, si la pandemia notamos, de pronto vemos abismos que por la vida encontramos. La Madre Naturaleza nos impone condiciones, queriendo no ver pereza en complicadas razones. No prepares la maleta si la guadaña te llama, la vida nunca está quieta y el futuro te reclama. G X Cantalapiedra. 22 - 9 – 2020.