BARACALDO ENTRE LAS BRISAS DEL TIEMPO
Se marcharon ente sombras sin entender los misterios, muchas personas se asombran en ciertos momentos serios. Fueron años de inmigrantes, fueron caminos inciertos, sufriendo malos talantes de gentes que hoy están muertos. Quiero sentir el pasado, quiero vivir su lamento, del hombre que enamorado se llevó su sufrimiento. Mi villa como otras villas, lo mismo que muchos pueblos, sus personas más sencillas se fueron buscando alientos. Baracaldo de posado, entre sufridos lamentos, vi mujer enamorada que les gritaba a los vientos. Hoy se ven otros destinos, hoy corren distintos vientos, aquellos duros caminos tan solo causan alientos. Baracaldo de testigo, con hornos llenos de fuego, que sirvieron de castigo al querer lanzar un pliego. En mi infancia campesina por las orillas del Duero, vi corazones de encina con un aire aventurero. Los silencios de la noche, las mulas y el carretero, se pusieron cierto broche en aquel tiempo agorero. Campesinos sin trabajo, bajo las dudas del viento, se notaron muy debajo al vivir su sufrimiento. Eligieron Vascongadas, por Baracaldo primero, fueron señas muy guardadas en su signo aventurero. Se han pasado muchos días, apenas si lo recuerdo, aquellas mañanas frías, hicieron su mundo cuerdo. Baracaldo fue destino, Baracaldo si lo entiendo, algún penoso camino fue signo de ir comprendiendo. Años que fueron grabados en los pinos piñoneros, algunos entre los trinos de los bonitos jilgueros. Una sombra de pasado que se inunda de recuerdos, algún sueño despiadado que se voló por los vientos. Volverán las golondrinas, se vivirán los inviernos, miraremos las colinas sin ver los sueños eternos. Hay nietos que van pensando en sus caminos derechos, sin saber que están dejando el olvido en los barbechos, Baracaldo de grandeza al marcar un nuevo aliento, humanos que en su nobleza no sembraron descontento. G X Cantalapiedra.
Se marcharon ente sombras sin entender los misterios, muchas personas se asombran en ciertos momentos serios. Fueron años de inmigrantes, fueron caminos inciertos, sufriendo malos talantes de gentes que hoy están muertos. Quiero sentir el pasado, quiero vivir su lamento, del hombre que enamorado se llevó su sufrimiento. Mi villa como otras villas, lo mismo que muchos pueblos, sus personas más sencillas se fueron buscando alientos. Baracaldo de posado, entre sufridos lamentos, vi mujer enamorada que les gritaba a los vientos. Hoy se ven otros destinos, hoy corren distintos vientos, aquellos duros caminos tan solo causan alientos. Baracaldo de testigo, con hornos llenos de fuego, que sirvieron de castigo al querer lanzar un pliego. En mi infancia campesina por las orillas del Duero, vi corazones de encina con un aire aventurero. Los silencios de la noche, las mulas y el carretero, se pusieron cierto broche en aquel tiempo agorero. Campesinos sin trabajo, bajo las dudas del viento, se notaron muy debajo al vivir su sufrimiento. Eligieron Vascongadas, por Baracaldo primero, fueron señas muy guardadas en su signo aventurero. Se han pasado muchos días, apenas si lo recuerdo, aquellas mañanas frías, hicieron su mundo cuerdo. Baracaldo fue destino, Baracaldo si lo entiendo, algún penoso camino fue signo de ir comprendiendo. Años que fueron grabados en los pinos piñoneros, algunos entre los trinos de los bonitos jilgueros. Una sombra de pasado que se inunda de recuerdos, algún sueño despiadado que se voló por los vientos. Volverán las golondrinas, se vivirán los inviernos, miraremos las colinas sin ver los sueños eternos. Hay nietos que van pensando en sus caminos derechos, sin saber que están dejando el olvido en los barbechos, Baracaldo de grandeza al marcar un nuevo aliento, humanos que en su nobleza no sembraron descontento. G X Cantalapiedra.