BARAKALDO EN MI MEMORIA
La memoria va marcando las soledades del alma, y la vida va dejando noches que pueden dar calma.
Barakaldo en la memoria con sus bares y sus puentes, que pudieran ser historia de todas sus buenas gentes.
Andando por San Vicente como un emigrante al uso, pude vivir en su ambiente sin notarme nunca intruso.
Barakaldo de lamentos cuando se llora a la muerte, y se viven sufrimientos que no parecen ausentes.
San Vicente de testigo con su porche mal viviente, la vida deja castigo y no se tiene presente.
Fuentes que marcan las calles para dejar su consuelo, donde se ven los detalles que pasan sobre ese suelo.
La memoria me recuerda como camina su gente, que puede que viva cuerda y no sepa de su ambiente.
Emigrantes que llegaron para hacer grande su industria, y su vida la dejaron sin querer vivir calumnia.
Barakaldo fue posada de cantidad de personas, que en su mente se forzaba ser lo mejor de estas zonas.
Voy pensando en Barakaldo con su Metro tan ligero, no quisiera ver el saldo de tan buscado dinero.
Sentir su noche sin prisa recorriendo bien sus calles, y conocer esa brisa del frío con sus detalles.
No sentirme forastero ni soñar con soledades, no soy hombre aventurero, solo me agradan verdades.
Caminando en Barakaldo fui recordando a mi primo, con lluvia busqué resguardo y noté ser ese yo mismo.
Barakaldo sin lamentos ni momentos dolorosos, la vida da sentimientos que quisieran ser dichosos.
Barakaldo al despedirte mi corazón presentía, que nada pude decirte en tan buena compañía.
G X Cantalapiedra. 6 – 3 – 2025.
La memoria va marcando las soledades del alma, y la vida va dejando noches que pueden dar calma.
Barakaldo en la memoria con sus bares y sus puentes, que pudieran ser historia de todas sus buenas gentes.
Andando por San Vicente como un emigrante al uso, pude vivir en su ambiente sin notarme nunca intruso.
Barakaldo de lamentos cuando se llora a la muerte, y se viven sufrimientos que no parecen ausentes.
San Vicente de testigo con su porche mal viviente, la vida deja castigo y no se tiene presente.
Fuentes que marcan las calles para dejar su consuelo, donde se ven los detalles que pasan sobre ese suelo.
La memoria me recuerda como camina su gente, que puede que viva cuerda y no sepa de su ambiente.
Emigrantes que llegaron para hacer grande su industria, y su vida la dejaron sin querer vivir calumnia.
Barakaldo fue posada de cantidad de personas, que en su mente se forzaba ser lo mejor de estas zonas.
Voy pensando en Barakaldo con su Metro tan ligero, no quisiera ver el saldo de tan buscado dinero.
Sentir su noche sin prisa recorriendo bien sus calles, y conocer esa brisa del frío con sus detalles.
No sentirme forastero ni soñar con soledades, no soy hombre aventurero, solo me agradan verdades.
Caminando en Barakaldo fui recordando a mi primo, con lluvia busqué resguardo y noté ser ese yo mismo.
Barakaldo sin lamentos ni momentos dolorosos, la vida da sentimientos que quisieran ser dichosos.
Barakaldo al despedirte mi corazón presentía, que nada pude decirte en tan buena compañía.
G X Cantalapiedra. 6 – 3 – 2025.