BERMEO: En el año 1.357 no existía agrupación alguna masculina,...

En el año 1.357 no existía agrupación alguna masculina, como Comunidad, en el Señorío de Vizcaya ni en lo que actualmente constituye la provincia de Guipúzcoa. Alava si poseía un convento con gran raigambre religioso.

Son Don Tello, hijo del Rey Alonso de Castilla, Señor de Vizcaya y de Aguilar y su consorte Doña Juana, quienes, en enero del año 1.357 crean la institución religiosa del Convento de los Frailes Menores (popularmente llamados Franciscanos) en la Villa de Bermeo, bajo la advocación del santo italiano Francisco de Asis.


La data es del 30 de enero de 1.357. Expresa Don Tello: "acordamos de facer un monesterio de freires en el nuestro Señorío de Vizcaya, por cuanto en todo nuestro Señorío no havía monesterio ninguno de orden de religiosos".


La fundación del Convento surge en un momento importante en la vida de Bermeo: es Cabeza de Vizcaya, con honores especiales en las Juntas del Señorío, es sede de una institución ejemplar en su organización de un formidable ejercito de pescadores, de quienes dice el historiador Delmas: "En lo antiguo recorrían los mares del norte, que entonces eran suyos, no sólo por que les pertenecía de derecho como vascongados que los habían descubierto, sino porque eran los únicos que los visitaban y arrancaban de su seno el abadejo o bacalao, de los bancos de Terranova y de los mares de Escocia y Noruega, y las ballenas de los hielos de Groenlandia". Y colaborando con el esplendor de la vida marinera, la perfecta organización de astilleros, lonjas de mercancías, saladeros de pescado, artesanías de redes y aparejos, y toda la compleja armonía de instituciones económicas imprescindibles como plataforma de lanzamiento y de sostén.


En un documento, del cual solo se conserva su resumen, se define los detalles de la fundación: los Señores de Vizcaya, con aprobación de sus vasallos del Señorío y especialmente lis de Bermeo, "mandaron fundar, y hacer este Convto, en el lugar que llaman Erreten, que era entre la puerta de la Villa, que llamaban de las Ferreros, por la que salían al arrabal donde se labraban los Navíos y entre el río, que está cerca de las Ferrerías, y el Puente: de forma que de la una parte estaba la calle de las Ferrerías, que tiraba de la dicha Puerta hasta el Puente: de la otra parte la cerca de la Villa: y de la otra parte el río. Este sitio se signó y determinó por Rui Díaz de Arria, Alcalde de esta Villa de orden y mandato del mencionado Don Tello, Señor de Vizcaya, quien compró el sitio referido pagando a sus dueños las heredades , y Casas Solares, que en él había.


Disponen también que sean enterrados en este Convento después de sus días. Y para su manutención hicieron gracia, limosna y donación, traspasando la tenencia, posesión, y todo derecho para siempre jamás de su Monasterio de Santa María de Albóniga, que está cerca de esta Villa con todas sus heredades, tierras, viñas, Casas, Ruedas, Solares, Montes, Prados, Diezmos y pechos, con todos sus términos y pertenecidos: jurando de nunca faltar a esta donación y disposición, rogando a los futuros se guarde así con la bendición de Dios, y de Sn Franco, y a los que no lo guarden la maldición de Dios y suia: y también so pena de su merced y de mil naravedis cada vez contra los que fueren contra esta disposición".


Interesa sumamente destacar los términos de la fundación, tanto porque los Señores de Vizcaya quieren constituirla en su propio mausoleo tras su muerte, que supone una especial distinción y un aprecio particular de la Villa de Bermeo; así como por la esplendidez con que dan a la nueva institución, para que en ningún momento puedan sufrir quebranto su futura tumba, ni tengan que abandonarla sus moradores; la riqueza de la institución de Albóniga, que en toda una herencia desarrollada, a juzgar por el inventario.


Invitaron la generosidad de los Señores de Vizcaya, Martín Pérez de Arrieta donando en testamento (7/2/1.363) dos bodegas "en cuio lugar se edificó parte de convento" a condición de dos Misas anuales, también Juan de Acorda (3/2/1.363) con cesión de un solar que ampliaba el seno del convento.


El 22 de Julio de 1.383, Don Juan de Abendaño, del solar de Urquizu empleó el argumento definitivo de la época -la fuerza de las armas- para usurpar Albóniga con sus pertenencias, sin que faltase sangre inocente ("corría mucha sangre", afirma un documento contemporáneo), hasta la de un familiar de Abendaño, el franciscano Padre Fray Pascual de Uirquizu.


La Santa Sede intervino, ineficazmente, a favor de los franciscanos: la Bula de Sixto IV, Roma 3/1.483, al Prior de Bérriz y al Chantre de Armentia, y otra dás más tarde al Abad de Cenarruza, que no consiguieron ablandar las entrañas codiciosas de Abendaño.


Es lógico que, con tanta ayuda y franquicia como se concede a los franciscanos, pudieran surgir suspicacias y hasta impedimentos para la creación de la comunidad y su libre apostolado. Gregorio XI, 9/7/1.377, en una Bula que narra la oposición por parte del Cabildo a la construcción del Convento, dispone: 1) que puedan vivir en el Convento hasta 16 religiosos claustrales; 2) que los Franciscanos pudieran predicar en los templos de Bermeo y en los lugares vecinos, sin limite señalado; 3)que 4 de ellos pudieran oír confesiones (eran pocos quienes poseían dicha licencia); 4) que no recibiesen oblaciones fuera de u Convento, a no ser de funerales, pagando siempre la cuarta funeral a la parroquia.


Existe mucha más historia sobre este convento, pero me parece que estas que pongo aquí son de las más relevantes.


Actualmente , el edificio del Convento a sido donado al Ayuntamiento, el cual había devuelto a la institución religiosa el edificio que fue usado como mercado de abastos y colegio, y esta siendo restaurado.