El
puente Zubizuri y las
torres de Isozaki en la hora azul, al finalizar la tarde.
Nocturna.
Zubizuri (del euskera puente blanco), también conocido como puente peatonal del
Campo de Volantín, aunque popularmente llamado puente de Calatrava, es un puente en
arco (cuya pista cuelga de él) sobre la ría del Nervión, en la ciudad vasca de
Bilbao. Une el Campo de Volantín (
Castaños), en la margen derecha, con Uribitarte (el Ensanche), en la izquierda.
Fue diseñado por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava, que también dirigió el proyecto de la renovación del
Aeropuerto de Bilbao. Las obras comenzaron en 1990 y fue inaugurado en 30 de mayo de 1997.
El diseño consiste en un arco inclinado que une dos plataformas, con rampas de acceso y
escaleras en ambas orillas, que sostiene la estructura peatonal con cables de hierro. Todo el puente está pintado de blanco, como es común entre las estructuras de Calatrava.
Desde su inauguración, casi simultánea con la del
Museo Guggenheim, el Zubizuri fue un símbolo de la nueva Bilbao, constituyendo un elemento turístico más del
paseo de la Ría. Es un paseo habitual de los huéspedes de los
hoteles del Campo de Volantín antes de llegar al mencionado museo.
El puente es localmente conocido por su superficie de cristal altamente resbaladiza dado el clima húmedo de la ciudad. Además, el diseño original conecta el Campo de Volantín con Uribitarte, dos
paseos a poca altura sobre la Ría, y no con la Alameda de Mazarredo, que es una
calle más alta y que permite al acceso al centro de la ciudad. Para facilitar ese acceso las autoridades locales añadieron un andamio con escaleras temporalmente, pero tuvieron que retirarlo por las protestas de Calatrava.
En 2006 el
Ayuntamiento de Bilbao autorizó al arquitecto japonés Arata Isozaki la construcción de una
pasarela que uniera el puente Zubizuri con las Torres Isozaki.
Calatrava denunció en febrero de 2007 al Ayuntamiento de Bilbao por los derechos morales (una parte de la propiedad intelectual, bajo la Ley española de derecho de autor) de la integridad de su creación.
El alcalde de Bilbao Iñaki Azkuna, con el apoyo del resto de los concejales, opuso los derechos de los ciudadanos de Bilbao sobre los del arquitecto, aduciendo la funcionalidad de la nueva pasarela.
En noviembre de 2007 un juez local, acordó que había un daño en los derechos morales del creador; sin embargo falló a favor del Concejo bilbaíno y permitió la conexión de Isozaki. Calatrava apeló el fallo y la Audiencia Provincial de
Vizcaya rectificó el dictamen del juez Rodríguez Achútegui. En marzo de 2009 condenó al Ayuntamiento a pagar 30.000 euros en concepto de indemnización al arquitecto, al considerar desproporcionada la cantidad solicitada por el demandante, tres millones de euros. El arquitecto valenciano decidió donar la indemnización a la
Casa de la Misericordia de Bilbao.