En 1855 –Miguel, elabora ricos productos de su
pueblo Xixona. Sabe que su turrón es el mejor, así que decide buscar
mercado.
En uno de sus múltiples viajes, llega a
Bilbao, y conoce a un bilbaíno con quien establece una entrañable
amistad. Éste le pide que traiga sus dulces para probarlos. Miguel así lo hace y su
amigo queda maravillado. Él confía en que los los bilbaínos, de fino paladar, sabrán valorar sus productos., así que le ofrece su portal (
CORREO, 12) para que pueda venderlos.
Así, Miguel llega a la Villa con su
carro cargado de dulces manjares, en 1855, instaurando una
tradición que perdura hasta nuestros días, 158 años después.