Lo que hace que mi mente hermane en mi memoria al
edificio y a la actriz”, escribió el fallecido y brillante crítico de
arquitectura de 'The New York Times' Herbert Muschamp refiriéndose a Marilyn Monroe, “es que ambos dan cuerpo a un estilo americano de libertad. Ese estilo es voluptuoso, emocional, intuitivo y exhibicionista. Es móvil, fluido, material, mercurial, intrépido, radiante y frágil como un recién nacido. No puede resistirse a echar un
baile con todas las voces que dicen ‘No’. Le gusta abarcar mucho espacio. Y cuando se produce una descarga rítmica, deja que el viento levante su falda”.