Muy bonito el metro, pero uno de los más caros de Europa, con una frecuencia que da risa y unos horarios de cierre y apertura que más se corresponderían con los de una zona rural. Este metro o sus gestores carecen de una visión real de las necesidades de los usuarios. ¿será que lo pagan ellos de sus bolsillos? Si no, no entiendo a qué viene tanta racanería. Eso sí, para subir los precios de los billetes cada 1 de enero bien que espabilan, para eso no se andan con chiquitas. Menudo morro tienen. Qué se va a esperar de este país de trikitixa...con dirigentes de caserío.