BILBAO: Alberto Rodrigo practica con admirable soltura la pintura...

Alberto Rodrigo practica con admirable soltura la pintura a la acuarela. Para los que la entienden como la representación de la primera impronta visual de un paisaje en el lienzo, el subconsciente es un factor determinante de primera magnitud.

Según esta teoría la acuarela tiene que estar rota y abreviada en el tiempo su gestación pictórica; tiene que obedecer a verdaderos impulsos representativos de imitación colorista y el resultado tiene que ser la impresión visual del subconsciente ante la belleza de un paisaje.

Este es precisamente el resultado que se observa en esta acuarela de Alberto Rodrigo.

La fractura de las pinceladas es total. Sus impulsos repentinos nos reflejan un paisaje humedecido por las repetidas lluvias de Bilbao. Un árbol asoma sus ramas descarnadas y si mirásemos este paisaje a través de una ventana, nos aconsejaría coger el paraguas para salir a la calle.

Esta primera y definitiva impronta del paisaje a la acuarela ha sido expresada de manera admirable por las rápidas pinceladas de Alberto Rodrigo.