CON LOS PASOS MARGINADOS CAMINABAN SIN DESTINO
En aquellos años de 1950, la emigración en Castilla, era el
pan de cada día, las
escuelas de los
pueblos, notaban como descendía el numero de alumnos, y las
casas más humildes se cerraban, sin esperar que algún nuevo vecino, las llegara a ocupar, todo parecía un desastre, el trabajo era poco y mal pagado, además de seleccionar al personal, que podía efectuar dicha labor, cada final de
verano, las maletas de madera, eran como un salvavidas, que esperaban
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