BARACALDO, CUANDO RECUERDO MI INFANCIA
Cartas nos fueron venidas,
cartas llenas de esperanza,
fueron tierras elegidas
para saber de balanza.
Inmigrantes castellanos
fundidos de sol y calma,
siempre apretando sus manos
para seguir con la llama.
Baracaldo de pasiones
entre perdidas plegarias,
fueron muchas las razones
en fechas extraordinarias.
Con maletas de madera
buscando nueva templanza,
sin pasar nunca frontera
ni recordando su danza.
Dejando llantos perdidos
en pueblos sin esperanza,
buscando ciertos sentidos
en una nueva balanza.
Castellanos que en silencio
supieron hallar su casa,
sin conocer bien el precio
de la pena cuando arrasa.
Baracaldo con sus hornos
fue marcando la distancia,
en sus queridos contornos
siempre reino la arrogancia.
Trabajadores sudando
para ganar sus salarios,
supieron seguir andando
sin querer vivir calvarios.
Baracaldo fue testigo
de ver llegar inmigrantes,
que no sufrieron castigo
en sus trabajos constantes.
G X Cantalapiedra.
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