LAS MALDICIONES ARROJADAS SOBRE SU PENOSO DESTINO.
Aquel
joven con solo diecisiete años, empezaba su
camino hacia lo desconocido, era el año de 1957, cuando aquella mañana arranco de su lugar de origen, tan solo se despidió de un vecino y sus padres, que al verle marchar con una maleta pequeña al hombro, se les partía el corazón, el joven marchaba a poder subirse en el
coche de línea, que le llevaría a la ciudad de
Valladolid, donde allí tendría que buscar la
estación de ferrocarril del
Campo Grande,
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