A todos los de
la arboleda
Recordad arboledanos, en donde quiera que esteis, a vuestro querido
pueblo al que nunca olvidareis. Con orgullo y pasion, si os preguntaran un día:¿de que pueblo o
barrio sois? responded:¡somos de arriba! de lo alto de las
montañas, de un gran pueblo al que querias, donde el sudor y la sangre se derramaron un día. De ese pueblo al que explotaron y arrancaron sus riquezas, removieron sus entrañas dejando sólo sus huellas.
El mismo amante de la arboleda.