En el Medioevo, la Merindad de
Bedia incluía la Colación de Bedia y la Anteiglesia de
Lemoa. Dos elementos definían a la Anteiglesia: la existencia de una
parroquia y su institucionalización pública, hecho que se logró cuando la representación de las Juntas Generales de Guernica se estructuró sobre la base de los municipios, a finales del siglo XV. Lemoa estaba regida por un merino y dos fieles, que ocupaban el voto y asiento número 64 en las Juntas Generales.
La siderurgia tradicional: En una zona donde los rendimientos agrícolas no eran muy elevados, los trabajos derivados de la industria (carboneo, transporte de vena y carbón) realizados principalmente por campesinos, suponían un salario adicional. En un principio debieron existir ferrerías "mayores" y "menores". En las primeras se fundía el mineral de hierro y en las segundas se transformaban los tochos de mineral. A mediados del siglo XVII, este proceso empieza a desaparecer integrándose en una sola instalación.
Durante la Edad Media se levantaron las
casas-
torre de Agarre, Atutxa, Atutxola y Aldape que, durante el siglo XVII, perteneció al mayorazgo de Isasi-Aldape-
Usansolo; un siglo más tarde, pasó a formar parte del mayorazgo de los Barones de Areizaga.
La
iglesia de
Santa María ha tenido un papel fundamental en la
historia del
pueblo. Podemos advertir en ella vestigios de un templo anterior
románico, como los
capiteles que rematan las
columnas de la
portada, de gran interés iconográfico por su simbolismo. En uno de los muros se encuentra una
ventana, también
románica. El templo fue reedificado y ampliado en 1758. El
retablo pertenece a la corriente Barroca y contrasta con los austeros vestigios románicos que se conservan. Posteriormente, en 1.993, se realizó una restauración general del interior y la cubierta del
edificio.
La localidad se ha visto envuelta en guerras en dos ocasiones principales, la primera de ellas durante la Guerra de la Convención. El 21 de agosto de 1794, los soldados de Lemoa salieron a defender la frontera con
Guipuzcoa, ante la posibilidad de una invasión francesa a
Vizcaya.
En segundo lugar, y como algunos de nuestros mayores recuerdan por haber sufrido sus consecuencias, Lemoa sufrió las consecuencias de la guerra civil entre los años 1936-1939. Durante la misma, la iglesia fue utilizada por la resistencia republicana y la localidad acogió a los refugiados de Guipuzcoa, siendo ocupada por el
ejercito llamado nacional el 16 de junio de 1937, tras una enconada batalla en la zona de Lemoatx.