A pesar de llevar 30 años viviendo en
Vizcaya es la primera vez que he estado en el
mercado medieval de
Balmaseda. Me pasé el día tirando
fotos. Una cosa es lo que diga la gente y otra muy distinta es lo que dice mi cámara. El mercado medieval de Balmaseda no es un mercado cualquiera, es un viaje en el tiempo. Espero con impaciencia el del año que viene. No pienso perderme ningún día. La gente de los puestos son unos magníficos actores.