POR MUCHO QUE SOPLE EL VIENTO
Se terminaba el verano en las tierras castellanas, y empezaban los viajes para buscar más jornadas. Eran fechas sin trabajo, fueron horas mal llevadas, que sin hablar del destajo buscaron rutas lejanas. Algunas voces decían y los vecinos callaban, “Por mucho que sople el viento me marcharé a Vascongadas”. Cuantas veces repetido, cuantas miserias guardadas, cuantas penas en sus vidas tuvieron encrucijadas. Vi llorar a mis vecinos, entre visiones quebradas, las despedidas ... (ver texto completo)
Se terminaba el verano en las tierras castellanas, y empezaban los viajes para buscar más jornadas. Eran fechas sin trabajo, fueron horas mal llevadas, que sin hablar del destajo buscaron rutas lejanas. Algunas voces decían y los vecinos callaban, “Por mucho que sople el viento me marcharé a Vascongadas”. Cuantas veces repetido, cuantas miserias guardadas, cuantas penas en sus vidas tuvieron encrucijadas. Vi llorar a mis vecinos, entre visiones quebradas, las despedidas ... (ver texto completo)