(CONTINUACIÓN)
A mi entender, la forma más correcta es dar un buen apretón de manos y hay que practicar para producir el efecto que queremos. Pensad siempre que si vais preparados dominaréis la situación desde el principio, incluso aunque vuestro interlocutor demuestre en su saludo que pretende hacerlo él: vosotros ya tendréis una pista sobre sus intenciones incluso antes de comenzar a hablar. Esta manera de saludar se usa habitualmente en el mundo profesional y social. Siempre que vayamos a estrechar la mano a una persona debemos mirarle a los ojos. No hacerlo, puede decirle que somos personas poco seguras, tenemos intenciones ocultas o estamos mintiendo. Debemos cuidar nuestras manos y éstas deben estar limpias y las uñas cuidadas, a observar es la humedad en las manos. Es poco agradable dar la mano a una persona que tiene la mano húmeda, además de ser una posible señal de estar nerviosa o inseguro. El apretón de manos debe ser corto y firme pero sin rudeza. Demasiado corto puede demostrar falta de interés y poca motivación, mientras que un saludo más largo puede indicar ilusión y ganas de colaborar. Es muy habitual este tipo de saludos entre los políticos, sobre todo delante de la prensa; también se debe evitar el agitar las manos.
Otra manera de saludar es EL ABRAZO. Es una forma más efusiva y se utiliza entre personas que se conocen bastante o en ocasiones especiales; suele darse cuando llevan mucho tiempo sin verse, para felicitar o para expresar un sentimiento de mayor proximidad o sentimiento, como por ejemplo, al dar el pésame. Esta forma de cortesía es mucho más utilizada por los hombres y es poco habitual entre las mujeres; en algunas ocasiones va acompañada con unas palmadas en la espalda.
EL BESO es otra tipo de saludo que origina bastantes controversias. Es un método cada vez más utilizado, tanto entre mujeres, como entre hombres y mujeres, en actos sociales o empresariales. Se utiliza para expresar afecto y es empleado entre familiares; sin embargo, se utiliza cada vez más en la vida corriente. Dependiendo de los países se realiza de diferente manera. En Francia, Rusia y algunos países de Oriente se dan tres besos, mientras que en España se dan dos y en Estados Unidos y algunos países de Latinoamérica se da uno solamente. El Saludo con un beso no es tolerado en las culturas asiáticas o de religión musulmana, pues aquí el contacto físico está prohibido. No es recomendado si vemos por primera vez al invitado considerando que somos nosotros los anfitriones. El beso se da en la mejilla, puede ser que empecemos conociendo a la persona con un saludo de mano y concluya la conversación o el encuentro con un beso en la mejilla. No olvidemos que ambos saludos deben ir acompañados de una cálida y natural sonrisa pues esto confirmará nuestra cortesía. Hay que tener en cuenta que el beso por ningún motivo debe ser sonoro o húmedo.
Es habitual acudir a encuentros empresariales o a actos políticos donde este tipo de saludo se utiliza de manera habitual, demostrando quienes lo realizan, un mayor acercamiento a personas de relevante posición y que denota proximidad a ellos, así como que se les conoce bastante, perdiéndose las formas tradicionales del apretón de manos. De cualquier manera, el uso de esta forma de saludar se debe hacer con prudencia y observar una serie de requisitos: En el saludo entre hombres y mujeres, debe ser ésta la que elija de qué forma quiere ser saludada, facilitando un gesto que lo demuestre. Entre hombres es una forma de saludo que se queda en el ámbito familiar, no siendo así entre las mujeres, que lo suelen utilizar con mayor frecuencia. No es aconsejable besar a una persona que nos acaban de presentar. Este tipo de saludo es más íntimo, de mayor confianza y se debe pensar que, hay personas que no desean ser saludadas así. En cualquier caso, se debe observar lo que sea más habitual en la sociedad en la que se está, utilizad el refrán que dice: ¡donde fueres, haz lo que vieres!.
Hay una serie de recomendaciones a tener en cuenta siempre que vayamos a saludar. Al iniciar un saludo debes estar atento a la mirada, la sonrisa, la expresión verbal y el tipo de saludo a utilizar. Debes mirar a los ojos de tu interlocutor para que sienta que es un gesto sincero y de acercamiento; no debes olvidar la sonrisa que produce un sentimiento más favorable, y todo saludo, siempre debe ir acompañado de unas palabras agradables y por último, elegir el tipo de saludo a realizar; cuando tengas dudas, lo mejor, el apretón de manos. Si el saludo es en la calle y lleva gafas de sol deberás quitártelas para que tu interlocutor pueda verte los ojos; en el caso de usar guantes tendrás que hacer lo mismo; es muy frío saludar con la mano cubierta. Si eres fumador nunca debes saludar a una persona con el cigarrillo encendido.
Finalmente, voy a hacer unas consideraciones más sobre el tema. Por ejemplo, cuando vayamos a una entrevista de trabajo o a una reunión de negocios que llevamos tiempo esperando y no queremos dar un paso en falso. La primera: ¿qué dirá nuestro saludo de nosotros?. Hay que tener en cuenta quién está dentro y quién fuera. El que está dentro de la habitación es dueño del lugar, por así decirlo, y el que entra el intruso. Esto es importante porque va a determinar el resto del lenguaje corporal que utilizaremos sin saberlo. Si el que entra lo hace con demasiada confianza, puede dar al traste con la reunión. Aunque tampoco se trata de ir temblando. Simplemente déjate llevar porque tu cuerpo tiene interiorizado esos códigos. En segundo lugar, el que avanza primero es el que por lo general controlará la situación, o al menos lo intentará. Demostrará su voluntad de dominio, algo que es muy importante. La direccionalidad es fundamental porque tenemos asumido que arriba es mejor que abajo. El que está arriba domina.
Ahora, como os decía al principio, de colofón, voy a contaros un caso que viví personalmente sobre los “los intríngulis” que acarrea el saludo entre jimenatos:
Jose y Pepi hacía unos años que no venían por Jimena. Él era perito industrial y trabajaba en una conocida multinacional con delegación en Madrid. Ella ejercía el magisterio y tenía su escuela en la conocida barriada de Vallecas. Tenían una parejita de 10 y 5 años (Pepito y Mª José) y vivían en un confortable piso de la Avda. de San Diego. La crisis no les había afectado y habían podido restaurar y acondicionar la casa de los abuelos que habían heredado en Jimena. Por este motivo decidieron pasar las vacaciones de agosto en su pueblo natal. Sofocarían los calores diurnos en la Piscina Municipal y por las noches buscarían el fresco y el divertimento en los lugares de ocio que durante el verano se pueden disfrutar en nuestro pueblo: El Mirador, El Kiosco, El Morgan, Los Mazos, La Casa del Pueblo, El Menfis, El Tocata, El Desmadre o Los Pozos. Igualmente, retomarían la perenne afición de los jimenatos por los paseos nocturnos a Cánava y disfrutarían de los actos de la Semana Cultural: Teatros y bailes para niños, el desfile de Peinados, el Concurso de Platos Típicos, las actuaciones del Coro Rociero o el Grupo del Bolero, el "cante" en la Peña Flamenca o los “añorados” conciertos de la Banda de Música en la Plaza de Gracia.
Paco y Paqui vivían de toda la vida en el pueblo. El era un olivarero de “media capa” y aparte de las fincas de su propiedad tenía arrendadas algunas más. Ella, hasta ese año, sólo se dedicaba a las labores de la casa y al cuidado de sus dos niños: Curro y Kica de 11 y 6 años respectivamente. Desde que se casaron vivían holgadamente con el producto de la cosecha. Pero desde hacía dos años, con la bajada de los precios del aceite y la escasez de aceituna en la última campaña, habían tenido que empezar a “apretarse el cinturón”. Con vergüenza derivada del orgullo, Paqui se apuntó a la bolsa de trabajo. Ya había salido a trabajar unos días pintando zócalos y barandillas del Ayuntamiento.
(SIGUE)
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