Rubia la aroma luce en el oriente
sus galas más espléndidas de
fiesta,
que amorosa y rendida ya se apresta
del esposo a besar la roja frente.
Para verle asomar alza su ingente
tajada cumbre la
montaña enhiesta;
prepárale su incienso la floresta,
su trino el ave y su rumor la
fuente.
El
cielo gotas de cristal rocía
en corolas y muérdagos. Los vientos
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