SON LOS POLÍTICOS TAN MALOS COMO PARECEN?
La sociedad parece harta de la denominada clase política. Existe la impresión generalizada de que los políticos se aprovechan de su poder, viven mejor que el común de los mortales asumiendo menos responsabilidades y gozan de unos privilegios inaccesibles para quienes les han elegido. ¿Hay razones para pensar así?
Veamos qué méritos han hecho los políticos para que muchos españoles piensen mal de ellos:
CORRUPCIÓN: Cada lunes y cada martes nos desayunamos con un caso de corrupción. La mayoría de las veces salen a la luz porque alguien interesadamente saca los trapos sucios de otro, o bien por una disputa interna en un partido o cuando un partido quiere perjudicar a otro. El caso es que cuando no es un juez, es un alcalde, un presidente de comunidad, un ex ministro o el mismísimo yerno del Rey. La impresión es que se lo están llevado muerto, porque seguramente sólo se descubren los casos relevantes, convenientes o muy descarados.
PRIVILEGIOS: Los políticos no gozan de los mismos derechos que el resto de los ciudadanos, ya que no tienen responsabilidad, generalmente. por los desastres que organizan en su gestión ni por el resultado de la misma. Si aún pueden ser, incluso, condecorados. Además su corporativismo les hace regalarse prebendas, indemnizaciones interesantes, cargos vitalicios y honores varios sin haber hecho más mérito que ocupar un cargo, las más de las veces a dedo.
ENCHUFISMO: Son frecuentísimos los casos de nepotismo, de políticos que son hijos de políticos, de familias enteras que se pasan su vida viviendo de la cosa pública y ocupando cargos. A su vera se reparten empleos y trabajos por vía digital, copando empresas, consejos de administración y cualquier órgano de poder. Pero cuando los partidos se alternan, no van a la calle los anteriores, porque el corporativismo hace que se les recoloque aquí o allá, siempre en buenos puestos remunerados adecuada y espléndidamente.
MENTIRAS: El político es un ser poco fiable. Te puede decir una cosa y hacer la contraria y justificarlo perfectamente sin despeinarse. Lo raro es que un político no mienta o manipule la realidad a su antojo para intentar vender su historia.
Creer a un político va más allá de la fe, es un acto místico.
BAJO NIVEL: Con algunas excepciones, el político es un ser de cultura media tirando a baja, carente de experiencia profesional en otro ámbito o sin profesión conocida al margen de la política, que suele hablar sin rigor y con escaso conocimiento de lo que le han encomendado gestionar y, en general, servil con el jefe de filas para que le incluya en las siguientes listas.
PARTITOCRACIA: La famosa frase, atribuida a Alfonso Guerra "el que se mueve no sale en la foto", es muy reveladora de la forma en que se han construido los partidos en España, como organizaciones poco democráticas y gestionadas de arriba hacia abajo. El poder de hacer las listas y repartir cargos mueve los partidos en los que los militantes acaban por contar muy poco. Administran el poder y los recursos. Y al calor de los partidos han medrado muchos de los mediocres que nos han gobernado en las últimas décadas, sin más mérito que apoyar al candidato oportuno en el momento adecuado.
LISTAS CERRADAS: Las listas cerradas vinculan al candidato con el partido, pero no con el ciudadano. Éste elige una lista llena de nombres que desconoce y con candidatos que se presentan por una circunscripción que en muchas ocasiones ni han pisado ni es en la que residen habitualmente. La lista cerrada traslada el poder de representatividad del ciudadano al partido, que es elegido en bloque, sin que el votante pueda eliminar de las listas a los indeseables, a los corruptos, a los ineptos y a toda persona de poco mérito y capacidad que ocupa posiciones que no merece y que ejercerá una representación que no ha ganado, salvo por el peloteo, amistad o corruptelas varias en beneficio del jefe del filas.
NULA EJEMPLARIDAD: Los políticos vulneran la Ley a su antojo, dando nulo ejemplo a los ciudadanos de su respeto y cumplimiento. Han politizado la justicia, en la que los jueces medran igualmente y obtienen cargos por su adscripción política, juzgando a los contrarios con rigor, pero siendo benévolos con los propios por regla general. Cuando manda un partido salen a la luz casos que afectan al adversario y cuando se vuelven las tornas suele suceder al contrario, salvo casos excepcionales. Los políticos son sorprendidos en múltiples actos ilícitos, desde conducir bebidos, insultar a la autoridad, defraudar a hacienda o hacer apología de insumisión a la Ley en cualquier asunto del que puedan sacar renta política. Acumulan cargos y sueldos de diferentes procedencia, participación en consejos de administración, bufandas varias y viajes sin finalidad concreta en muchos casos. Alcaldes que se hermanan con ciudades lejanas, con viaje de placer incluido, legaciones para observar las sandeces más variopintas y comidas de trabajo en suntuosos establecimientos.
Los vicios políticos y mal gobierno de España durante décadas han conducido al país a la postración y desencanto en que se encuentra. Han prometido la luna y ahora tienen que cobrar al ciudadano la luna y el sol. Los políticos son una legión con miles y miles de incompetentes en sus filas que no saben sino succionar los recursos más preciosos del Estado para su beneficio propio y para asegurar su medio de vida. Han pasado de salvadores de la patria y garantes de la democracia a ser los que viven a nuestra costa y arruinan el país.
Dicen que todas las generalizaciones son odiosas, pero lo realmente odioso es que todas las que aquí se exponen y otras que al lector seguramente se le ocurrirán se cumplen en la práctica.
"Si una causa en particular, tal como el resultado accidental de una batalla, ha arruinado a un estado, entonces existió una causa general que fue la causa de la ruina"
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