Sor Añoranza, te dedico esta reflexión para tus momentos depres:
Abandonar puede tener justificación; abandonarse no la tiene jamás (Emerson).
Esta es la idea que nos ocupa. El otro frente de la lucha, el peligro del cansancio existencial, la congoja del sin sentido, la desesperanza de lo anhelado y la rabia de la improductividad. Nietzsche afirmaba que todo lo bueno tiende hacia su autodestrucción. Quizás todos tendemos hacia nuestra propia muerte, quizás todos hagamos de nosotros mismos un terrible campo de batalla. Ese es el peor de los peligros si termina en abandono. Yo sé lo que es escupir la propia sangre, morder hasta la saciedad la propia alma con dentelladas crueles y homicidas, vivir en paz con los hombres y en guerra con las entrañas que diría el poeta sevillano, pero sé también del fruto de la contienda, sé que el resurgir, como el propio nacimiento, se engendra en el dolor y en la ruptura. No es malo sufrir si nos fortalece. Lo peor es siempre abandonarse, huir de todo, no hacer frente a nada o refugiarse en el sueño de paraísos muertos. Lo peor no es llorar de rabia, o sentir la rabia de no poder llorar; lo peor es no sentir nada, abrir la boca sólo para respirar o enlatarse con aire de triste muerto viviente. Lo peor es transfigurarse por el propio miedo y dejarse vencer antes de comenzar la contienda. La vida es lucha, continua lucha, perenne lucha que no necesita más que de unas buenas agarraderas para no soltarla nunca, aunque nos llame a veces el desespero, aunque a veces nos tiente el cansancio o el propio hastío de hacer cada día lo mismo. Sólo venciéndote vencerás (Séneca), y esa es la nueva lucha que nos ocupa, la batalla en que sólo nosotros resultaremos vencedores y el alma enaltecida.
Kiko
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