Yo no me tomo por un rey, contrariamente a usted que se lo tiene muy, pero que muy creído! Usted, de una conversación, de una respuesta a un su escrito, se está pasando a insultar, muy solapadamente eso sí, a un paisano que sólo quiso dar su opinión, sin tratar a nadie de falaz, inculto, tonto de capirote, insultante, y otros adjetivos que ya olvidé.
En este último
mensaje, me trata usted de eminencia: A Los cardenales de la
iglesia católica se les llama así. Llamármelo a mí, considero que es una
... (ver texto completo)