Erase una vez un reino mágico, lleno de personajes fantásticos. Este reino tenía un rey, el cuál en sus orígenes perteneció a la plebe, pero por su valentía y buen corazón, llegó a conseguir este sublime puesto. El rey como no eligió como reina a la dama más bella de rostro y corazón que había en la corte. También conformaban este reino unos ilustres caballeros, que destacaban por sus grandes cualidades; uno de estos caballeros era famoso por su poblado bigote, su buen talante y sus fantásticos retratos, aunque en esto último había otro caballero que no tenía nada que envidiar, sobre todo su fantástico retrato Del Río de los Patos; otro de los caballeros era un explorador nato, y también se dedicaba a mantener los caballos en perfecto estado, este oficio lo compartía con otro caballero, pero entre ellos nunca hubo rivalidad (hay tantos caballos) este ultimo caballero destacaba por su humildad y saber estar. Otro caballero se dedicaba a mantener las murallas y el castillo en buen estado, usando para ello buenos materiales y gran sentido del humor, este estaba casado con una coqueta dama y fruto de este matrimonio eran dos lindas doncellas. Otros de los caballeros se dedicaban a las labores de la pesca, uno de ellos ayudaba al anterior caballero cuando era preciso en las labores de mantenimiento del reino y estaba casado con una dulce dama con la que engendró una preciosa niña a la que le gustaban los "huevos de chocolate"; el otro pescador también tenía buenas manos para la madera y estaba casado con una dama de carácter, y buen corazón. Otro caballero era el encargado de mantener las antorchas encendidas y su mujer tenía un puesto en el mercado (de antorchas, naturalmente). Dos caballeros, destacaban por su elegancia y a la vez por su humildad, uno de ellos era hijo de un ilustre caballero de renombre en todo el reino y el otro hijo de una poetisa, este último cortejaba a una dama que destacaba por su simpatía. Otro caballero era el encargado de las comunicaciones del reino, casado con la maestra del reino, tenían una niña y como no pronto comunicó que su mujer estaba en "estado de buena esperanza". En este reino además de caballeros, también había damas que destacaban, una de ellas era la consejera del Rey, que se encargaba de organizar eventos, conciertos de música, reuniones y demás, casada con el aguacil, que era "un santo varón"; otra dama destacaba por sus experiencias en viajes sobre todo al reino vecino. Otra dama destacaba por su sinceridad y por gustarle "Santa Teresa de Calcuta". Otra dama era también maestra pero esta de lenguas extranjeras que a su vez era hermana de otra dama dueña de una gran vaquería que destacaba por su dulzura y por ser una persona entrañable, casada con un gran hombre. Otra dama cuidaba de las personas mayores, pero su sello eran los chistes. Otra dama era más comocida como "la capitana" por ser buena organizadora en cualquier menester. Otra dama se encargaba de las artes escénicas, casada con el curandero del reino.
Otras gentes visitaban este reino pero no se quedaban largo tiempo en él, aparecían de tarde en tarde, pero en este reino se les apreciaba.
En ningún reino mágico puede faltar una bruja malvada que intenta poner patas arriba las cosas, ni entes extraños que nadie conoce; pues bien en este reino también existían, pero estaban en desventaja, los buenos eran muchos más y poseían una pócima secreta que era infalible: EL ELIXIR DE LA AMISTAD.
... (ver texto completo)