Hacer mucho ruido, esa parece ser la estrategia, hacer mucho jaleo para que el lector ocasional no se pare a meditar en los detalles. Es la maniobra que la hidra de mil cabezas a puesto en marcha en este forete y en todos los demás de las Españas, con proclamas guerreras que pretenden distraer la atención de esas mujeres y esos hombres que apenas llegan a fin de mes y ya han perdido la esperanza de volver a un régimen de vida que antes fue. Proclamas al estilo del dios, patria y rey de los carlistas unido a la más ardorosa defensa de la Constitución del 78, como yo nunca había visto antes y menos, en boca de esta gente que la han negado tanta veces. Es más, que votaron en contra de ella porque por entonces no les iban bien los principios que consagraba, a partir de los cuales, se debieran de haber remodelado todas las demás leyes pero, que por desgracia, no ha sido así en todas partes pues, si para muestra un botón, ahí tenemos Justicia, sin tocar. Y la bankia. ¿Qué podemos decir de la banca y los banqueros?
Algarabía, jaleo de tambores, cajas y timbales seguido con el entrechocar de bayonetas y sables. Amenazas veladas y directas al pueblo llano y un continuo parloteo que me suena al clocleo normal del gallinero por entre cuyo monótono sonsonete sobresale a veces un kikirikí extemporáneo.
Y aquí están, observadlos, el mismo discurso con hedor a santidad, la misma retórica barata de guerreros de pacotilla y una escatológica sarta de memeces encadenadas.
De vez en cuando una flor. Una hermosa y olorosa flor ahora otoñal o de primavera que es aplastada sin compasión por esta horda de sanguinarias alimañas. Ni una idea. Nada. El vacío más absoluto, ese que lo hace tan visible y tan ruidoso que cualquier humano medianamente racional, huye de el despavorido.
Y en la gran ciudad, reunidos en cónclave, los mantenedores e incitadores de estas pequeñas manadas de hambrientos chacales que pululan libremente por las Españas, recibiendo instrucciones sobre cómo alimentar a la jauría sin que se note su mano putrefacta.
¿Su objetivo? El de siempre, mantener a la plebe entretenida mientras inflan a placer sus amplias panzas.
Y no sé si será verdad pero así parece, en medio de tantos aullidos a la luna dirigidos, se ha hecho oír por esas tierras donde otras veces se luchó para defender la libertad, la justicia, y el respeto más elemental a la clase humana aunque también se dirimieran otras causa, una marea de gente muy enfadada, que cantan lo que cantaron sus mayores, que lo que cantarán sus descendientes si de esta a todos no los masacran. Es un canto al amor y al entendimiento entre los pueblos y solicitan un respeto para su lengua, sus costumbres, y sus maneras de gobernarse y administrarse sin que tenga que ser un zamorano o un huertano, el que tenga que llevarlos de la mano.
¿Mejor o peor? Está por ver pero aunque les digan que es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer, para mi que dan en hueso.
Este es el plan previsto según Más y en eso se está aunque se oigan en lontananza a la jauría aullando al sentir el relincho de los caballos que mueven la caravana sin desmayar:
“Un proceso positivo, democrático, pacífico y con el pueblo como última voz. Nada de proclamaciones unilaterales en el Parlament: deben hablar las urnas”.
“Elecciones, formación del Parlament, Govern, mayoría soberanista e inicio del proceso”.
“Y el proceso específico: negociación con España para un referéndum, aprobación de la ley catalana de consultas, ejercicio de esta ley si no se ha conseguido el referéndum, y petición de amparo a la Unión Europea si España intenta frenarlo todo, ley catalana incluida.”
“Agotar todos los mecanismos legales es el axioma y, en última instancia, ampararse en el paraguas del derecho internacional. Y, según Mas, no hay recovecos, ni ninguna posibilidad de detener este proceso con negociaciones a la baja “.
Es lo que hay, Mas ha depositado todo su capital político en favor de un proceso que quiere cambiar la historia de los últimos 300 años de Catalunya. No hay marcha atrás.
Salud.
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