Vale paisanete, de acuerdo pero, mira esto:
Cullons...., quina mala llet que te este mal home. ¿Le pagarán a este bellotari para que suelte chuscadas? Puede que sí, a fin de cuentas es el Delegado del Gobierno Central en Extremadura y no sé el porqué, en los tiempos que corren, tienen que nombrar uno oficial aunque sea poseedor de una botica, o de dos o tres o tengan una consulta oftalmólogica en Elvas y unas viñas a las que atender en Almendralejo o Zafra porque, ¿para qué?, si, repito, es él ... (ver texto completo)
Cullons...., quina mala llet que te este mal home. ¿Le pagarán a este bellotari para que suelte chuscadas? Puede que sí, a fin de cuentas es el Delegado del Gobierno Central en Extremadura y no sé el porqué, en los tiempos que corren, tienen que nombrar uno oficial aunque sea poseedor de una botica, o de dos o tres o tengan una consulta oftalmólogica en Elvas y unas viñas a las que atender en Almendralejo o Zafra porque, ¿para qué?, si, repito, es él ... (ver texto completo)
Miles de personas, decenas de miles, de todas las edades, lactantes transportados por sus padres, infantes, abuelos, jóvenes y de mediana edad, todos perroflautas, todos cabreados, todos chillando: no nos representan. Así, sin concretar quienes son los que no los representan que pueden ser los políticos, todos, o quizá sólo los que están gobernando ahora. O puede que quienes no los representen, a ellos, a los perroflautas que se desgañitan gritando su enfado a los cuatro vientos, sean los banqueros o los obispos u otros negociantes o traficantes de almas e ideas, más o menos manipuladores en beneficio económico propio bienes materiales e inmateriales.
Pero bueno, ya pasó la ola grande. Ya, esos que no representan a los que han salido a la calle a gritar su descontento, pueden darse con un canto en los dientes y felicitarse efusivamente entre sí, sobre todo en Madrid, por lo bien que lo han hecho y la eficacia demostrada por quienes dirigen a ese grupo de guardias de la porra que se encargan de controlar a las masas paradas o en movimiento.
¿Esto es todo?
¿Ya está?
¿En esto se va a quedar la protesta contra esta panda de políticos y banqueros sin ningún escrúpulo que nos están dejando en cueros vivos para varias generaciones? ¿Contra esos que cuando los echan por chorizos o por inútiles de donde están trabajando les dan un cargo altamente remunerado en una de esas empresas monopolizadoras amén de una generosa donación en metálico como; por ejemplo, el ya exdirector de Bankia?
¿Ya está? ¿Con la ruina en que nos han dejado y el erial que se nos viene encima tanto a los perroflautas que han tenido el valor y la honestidad de salir a protestar como a los simplones que los hemos visto cómodamente arrellanados en el sofá, con las patas puestas en lo alto de la mesita y soltando de vez en cuando alguna olorosa falsa deflagación por nuestros respectivos tubos de escape?
Por lo que se ve, décadas de un relativo bienestar nos tiene a todos amordazados, dormidos, anestesiado, esperando siempre que alguien nos meta la cuchara en la boca pero, esta gente del 15M, parece que han salido de la modorra en la que, con gusto nos hemos ido sumiendo durante estos últimos años dejando hacer, que decidan, a los de siempre por medio de los extrovertidos habituales o a sus figurantes u hombres o mujeres de paja. Y aquí tenemos los resultados de nuestra indolencia. Somos títeres, muñequitos de guiñol que bailamos cuando alguien tira de los hilitos. Cristobitas, que decíamos de chicos en el pueblo donde nací cuando aún vivía y andaba por allí.
Puede que con razón, los hay que instan a este magma inconcreto e inconexo a que se dote de un hilo conductor y una dirección de orquesta con sus ramificaciones porque, sólo así, existe la posibilidad de llevar a buen puerto esas multitud de ideas que están brotando desde dentro del tumulto y que, sin ser nuevas, nos lo parecen. Puede que debido a que la herrumbre que se ha acumulado en nuestros cerebros, impide su normal funcionamiento e no deja que este relacione el hoy con el ayer sin vislumbrar el futuro siendo incapaz de darse cuenta de la trascendencia del momento en el que nos encontramos. No ya tanto para nosotros, que también, sino para nuestros hijos y nietos porque, que nos quede bien clarito, que se están produciendo a toda velocidad unos cambios en nuestra sociedad que nos afectará a todos durante unas cuantas décadas.
Estamos en el año doce del siglo veintiuno según nuestro calendario y, pintan bastos pues, al término de la segunda gran guerra entre países europeos y de estos contra otros del resto del mundo cuyo final en el año cuarenta y cinco del siglo pasado pareció que había dejado atrás para siempre el fantasma de los totalitarismos, ahora vemos que están aquí de nuevo y con bríos inusitados. De momento, todavía no vemos por las calles de Madrid u otras ciudades a grupos de soldados marcando el paso de la oca, pero todo se andará.
Salud. ... (ver texto completo)
Pero bueno, ya pasó la ola grande. Ya, esos que no representan a los que han salido a la calle a gritar su descontento, pueden darse con un canto en los dientes y felicitarse efusivamente entre sí, sobre todo en Madrid, por lo bien que lo han hecho y la eficacia demostrada por quienes dirigen a ese grupo de guardias de la porra que se encargan de controlar a las masas paradas o en movimiento.
¿Esto es todo?
¿Ya está?
¿En esto se va a quedar la protesta contra esta panda de políticos y banqueros sin ningún escrúpulo que nos están dejando en cueros vivos para varias generaciones? ¿Contra esos que cuando los echan por chorizos o por inútiles de donde están trabajando les dan un cargo altamente remunerado en una de esas empresas monopolizadoras amén de una generosa donación en metálico como; por ejemplo, el ya exdirector de Bankia?
¿Ya está? ¿Con la ruina en que nos han dejado y el erial que se nos viene encima tanto a los perroflautas que han tenido el valor y la honestidad de salir a protestar como a los simplones que los hemos visto cómodamente arrellanados en el sofá, con las patas puestas en lo alto de la mesita y soltando de vez en cuando alguna olorosa falsa deflagación por nuestros respectivos tubos de escape?
Por lo que se ve, décadas de un relativo bienestar nos tiene a todos amordazados, dormidos, anestesiado, esperando siempre que alguien nos meta la cuchara en la boca pero, esta gente del 15M, parece que han salido de la modorra en la que, con gusto nos hemos ido sumiendo durante estos últimos años dejando hacer, que decidan, a los de siempre por medio de los extrovertidos habituales o a sus figurantes u hombres o mujeres de paja. Y aquí tenemos los resultados de nuestra indolencia. Somos títeres, muñequitos de guiñol que bailamos cuando alguien tira de los hilitos. Cristobitas, que decíamos de chicos en el pueblo donde nací cuando aún vivía y andaba por allí.
Puede que con razón, los hay que instan a este magma inconcreto e inconexo a que se dote de un hilo conductor y una dirección de orquesta con sus ramificaciones porque, sólo así, existe la posibilidad de llevar a buen puerto esas multitud de ideas que están brotando desde dentro del tumulto y que, sin ser nuevas, nos lo parecen. Puede que debido a que la herrumbre que se ha acumulado en nuestros cerebros, impide su normal funcionamiento e no deja que este relacione el hoy con el ayer sin vislumbrar el futuro siendo incapaz de darse cuenta de la trascendencia del momento en el que nos encontramos. No ya tanto para nosotros, que también, sino para nuestros hijos y nietos porque, que nos quede bien clarito, que se están produciendo a toda velocidad unos cambios en nuestra sociedad que nos afectará a todos durante unas cuantas décadas.
Estamos en el año doce del siglo veintiuno según nuestro calendario y, pintan bastos pues, al término de la segunda gran guerra entre países europeos y de estos contra otros del resto del mundo cuyo final en el año cuarenta y cinco del siglo pasado pareció que había dejado atrás para siempre el fantasma de los totalitarismos, ahora vemos que están aquí de nuevo y con bríos inusitados. De momento, todavía no vemos por las calles de Madrid u otras ciudades a grupos de soldados marcando el paso de la oca, pero todo se andará.
Salud. ... (ver texto completo)